LA BATALLA DE BARCELONA

La piel de plátano de Iceta a Colau

En vez de descartar un apoyo de Cs o de Valls y reafirmar el acceso de Maragall a la alcaldía, la líder de Barcelona en Comú se pone de perfil

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en la rueda de prensa que ofreció este lunes.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en la rueda de prensa que ofreció este lunes. / periodico

Xavier Bru de Sala

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Hay que admitir que, si nos fijamos en los resultados, los ganadores en Barcelona son ERC y los 'comuns', a muy poca distancia como destacan con razón numérica pero poco analítica los titulares. Todos los demás, todos, son perdedores. Solo hay que tener presente que, tras un recuento electoral, ganador es quien se refuerza y perdedor quien se debilita. Más aún, ganador es quien toma impulso para proseguir una ruta ascendente y perdedor, quien no consigue sino acentuar su tendencia a la baja.

Si armados con este sencillo pero efectivo utillaje conceptual contemplamos las tendencias de fondo, los ganadores de las municipales en Catalunya son, por este orden, ERC y el PSC. Todos los demás, todos, son perdedores. ERC y PSC tienen campo por recorrer. Los 'comuns'CiudadanosJxCat y el PP todavía disponen de terreno para retroceder. Sobre todo los 'comuns', ya que los menos de 5.000 votos que los separan de la gloria en Barcelona no son sino el preludio, el principio, de un descenso imparable. Lo demuestran las secuencias de los resultados en las últimas convocatorias. Lo maquilla el 'fenómeno Ada Colau', si bien de manera efímera, ya que ningún líder en solitario puede remontar un tendencia de fondo consolidada.

En vez de especular sobre el futuro reparto de los despojos electorales de los 'comuns', hagamos un breve excurso hasta WaterlooCarles Puigdemont ha ganado las europeas, y de calle, pero no ha sido capaz de corregir la tendencia a la baja de su partido. Como símbolo, crece. Como líder de una formación política propia casi se estrella. Esta dicotomía ha marcado ya las cartas de las próximas elecciones al Parlament, sean cercanas o no, en las que los socialistas pueden ser la segunda fuerza, detrás de ERC.

Retomemos el hilo que no hemos abandonado. De ahí la piel de plátano que Miquel Iceta ha lanzado a Colau. Desconcertada, la todavía alcaldesa resbala. En lugar de descartar cualquier posibilidad de recibir el apoyo de Cs o de Manuel Valls y por tanto reafirmar el inevitable acceso de Ernest Maragall a la alcaldía, se pone de perfil. Gravísimo error. Que Cs o tres concejales provenientes de Cs dieran la alcaldía de Barcelona a la líder de Podemos en Catalunya solo acentuaría el descrédito del partido de Pablo Iglesias y lo empujaría por el barranco de la hecatombe moral y política. Si Podemos acepta los votos de los socios de Vox habrá llegado a su final de trayecto. La piel de plátano de Iceta tiene resonancias hispánicas y podría acabar con el poco futuro que le quedaba a Colau.

Cambio de cromos

En vez de hacer lo posible para impedir que Barcelona tenga un alcalde independentista, como afirmó con el calculado maquiavelismo que acabamos de poner al descubierto, Iceta hará, ya debe estar haciendo, los posibles para repartirse con ERC tanto el poder como la creciente hemorragia de votos de los 'comuns'. Mientras todo el mundo mira hacia Colau, PSC y ERC, discretos y ajenos a supuestas indicaciones de un 'establishment' inexistente, cambian cromos: la alcaldía para Maragall, los puestos clave del Área Metropolitana para el PSC y la Diputación de Barcelona para ERC. La política es eso, no lo que puede parecer a los amantes de las pieles de plátano.