Dos miradas

Tronos y truenos

El poder es para quien sea capaz de trenzar un relato y de asentar el reino sobre los cimientos indestructibles de la narración

Daenerys Targarien, Jon Snow, Sansa Stark, Tyrion Lannister y Bran Stark

Daenerys Targarien, Jon Snow, Sansa Stark, Tyrion Lannister y Bran Stark

Josep Maria Fonalleras

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No creo que los guionistas de 'Juego de Tronos' decidieran dibujar una metáfora política, pero las ficciones tienen eso, que se acaban completando cuando alguien asume una lectura. Para los que no sepan de qué va, hago un resumen. La reina de un estado más o menos federal muere de manera violenta y deja vacante el codiciado trono de su reino, conseguido a base de sangre y sudor. La crisis es descomunal, porque se mezcla de todo: intrigas, asesinatos, afán de poder, la posibilidad incierta pero real de una dictadura militar, sed de venganza. Un hombrecillo con ascendencia intelectual (y moral) interviene en la reunión de los cabecillas que deben decidir el futuro y pronuncia un discurso memorable. Dice que no cuentan los ejércitos ni la capacidad de hacer daño sino la posibilidad de tener una historia.

El poder es para quien sea capaz de trenzar un relato y de explicarlo y de asentar el reino sobre los cimientos indestructibles de la narración. Convencidos, todos juntos deciden que el rey sea un tímido muchacho pálido que va con una silla de ruedas. No puede tener hijos, este nuevo rey, y entonces el hombrecillo dice: "Mejor. Así, cuando tengamos que elegir a otro rey, lo haremos entre todos y nos ahorraremos estirpes de hijos ineptos y enloquecidos". Por si fuera poco, la reina de uno de los estados federados dice que el Norte, donde ella reina, continuará siendo un país independiente y que ya se lo montarán. Lástima que la campaña electoral se termine.