NOS DEJA UNO DE LOS MÁS GRANDES

Lauda, aquel que mejoró la F-1

Niki Lauda, uno de los más grandes pilotos de F-1.

Niki Lauda, uno de los más grandes pilotos de F-1. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Señoras y señores, amigos, aficionados y observadores, gente del mundo del motor, todos lo saben: acaba de dejarnos uno de los grandes, de los muy grandes, de los inmensos, de los tremendos, de aquellos hombres, sabios, expertos, emprendedores, pensadores y pilotos que más han hecho por la F-1: Niki Lauda.

Iré rápido con los números, que no son, ni mucho menos, lo mejor del gran Lauda. Debutó en el GP de Austria de 1971 y su última carrera fue en el GP de Australia de 1985, Estuvo 13 temporadas en la F-1, corrió 171 grandes premios, tuvo 13 compañeros y pilotó 21 modelos distintos de F-1, que mejoró mucho, gracias a su inmenso talento, intuición, experiencia y manos. Ganó tres títulos (1975, 1977 y 1984), sumó 25 victorias, 24 ‘poles positions’, 24 vueltas rápidas y 54 podios. Listos. Todo un palmarés.

Austriacos con problemas

Como recordaba hace unos 20 días Raymond Blancafort, uno de los mejores expertos de F-1 españoles, Lauda formó parte de ese grupo de pilotos austriacos de F-1 con mala suerte. O con menos suerte de la que merecían. Han sido 17 los pilotos austríacos que se han subido en un F-1 o intentado correr en la categoría sin clasificarse; 14 los que han participado en grandes premios.

Pero la lista de fallecidos en accidente es larga: cuatro pilotos en pista –Jochen Rindt, Helmuth Koinigg, Jo Gartner y Roland Ratzenberger–,y dos en otro tipo de accidentes –Harald Ertl y Ewald Boitsitz–, aunque dos de ellos fuera de las pistas y todavía jóvenes. Otros tres han sufrido serias lesiones que les han dejado secuelas –Niki Lauda, Helmut Marko y Karl Wendlinger–, mientras que Gerhard Berger salió indemne de un gravísimo accidente.

"No me importa mi rostro James (Hunt), no quiero tener una cara bonita, lo importante es que mi pie derecho esté sano"

Niki Lauda

— Tricampeón del mundo de F-1

Lauda era, sin duda, el ídolo de los austriacos y de la F1 gracias a su título de 1975. Pero en Nürburgring 1976, cuando era sólido líder del Campeonato, Niki sufrió un grave accidente. Su Ferrari quedó detenido en el centro de la pista e incendiado con Niki consciente pero sin poder salir del coche. Varios pilotos se detuvieron para socorrerle y fue Arturo Merzario quien logró extraerlo de las llamas. Tenía graves quemaduras en la cara y su estado empeoró tanto que en el hospital recibió la extremaución.

Lauda sobrevivió y se presentó a correr, de nuevo, en Monza, con un 'verdugo' especial para protegerle la cara de las rozaduras, para seguir luchando por el Campeonato. Acabó la carrera con el rosto ensangrantado. Pero Niki llegó a Japón, la última prueba todavía líder del Campeonato. Allí, bajo el diluvio creciente de Fuji, decidió abandonar juzgando las condiciones incompatibles con la mínima seguridad requerida, cedió el título así a James Hunt.

Se dijo entonces que Niki había visto la muerte cara a cara una vez y que no quería hacerlo otra. En cualquier caso lograría otros dos títulos –con Ferrari y McLaren–… y además ha sido campeón por equipos, ya que Lauda, fue uno de los hombres, sino el más importante, que convirtió a Mercedes, al actual ‘team’ Mercedes en el equipo más dominador, arrollador, de la F-1.

Cuentan que cuando el suizo Clay Regazzoni le recomendó a Enzo Ferrari el fichaje de Lauda, lo único que le dijo fue “Niki es el único piloto que existe en el mundo que, si le das dos horas con tu coche, si le dejas probar, probar y probar, si le haces caso, hace que tu coche sea un segundo por vuelta más rápido al día siguiente”.

‘Il Commendatore’ lo fichó y, en efecto, se dio cuenta de que Regazzoni no mentía. Pero, eso sí, Lauda fue el primero (no el único) que le dijo al señor Ferrari que su coche era una mierda. Luego, sí, lo diría el francés Alain Prost (“este coche es un camión”) y lo comprobaría el español Fernando Alonso: “Aquí dicen que ponen mejoras en el coche y las mejoras nunca llegan, es un engaño”.

"Ha sido la pasión y el carácter de Niki Lauda lo que ha hecho que la F-1 se modernizara en los últimos años"

Toto Wolff

— Director con Lauda de la escuderia Mercedes

Lauda era un maestro con las manos y con la cabeza. Su mente, además, sufrió una transformación, a mejor, a más agudo, a más emprendedor, a más valiente, tras su trágico accidente en Nurburgring. Lauda odiaba que los coches fuesen mejores que las manos de los pilotos. Vamos, que odiaba que la tecnología se impusiese a la habilidad de los pilotos. Por eso, harto de todas las ayudas que iban incorporándose a los monoplazas (cierto, que dotaban al ‘circo’ de mayor seguridad, pero menos improvisación), llegó a pronunciar una de sus frases más celebres y acertadas: “Estos coches los pueden pilotar hasta un mono”.

La mano de Lauda en Mercedes

Tras su accidente, el que le desfiguró la cara, Lauda salió adelante con la valentía y determinación que se le supone a un campeonísimo de F-1. No le importó quedar desfigurado de por vida. Es más, un día su amigo Hunt le dijo que no se preocupase por su rostro “pues no has quedado peor de lo que eras”, a lo que el campeón austriaco replicó: “Lo único que quiero es seguir teniendo mi pie derecho sano”.

Toto Wolff, socio, compañero, asistentes o viceversa de Lauda al frente de la dirección de la escudería campeona Mercedes, nunca se cansaba de decir a todos los que querían escucharle que “el carácter y la pasión de Niki ha sido lo único que ha modernizado la F-1 en los últimos años. Nadie como él ha hecho tanto por este deporte”.

"Enzo (Ferrari) si fichas a Niki (Lauda) y le haces caso en todo lo que te diga, tu coche será, al día siguiente, un segundo más rápido por vuelta"

Clay Regazzoni

— Piloto suizo que recomendó el fichaje de Lauda por Ferrari

Lauda era un emprendedor. Lauda, poseedor de una fortuna superior a los 500 millones de euros, fue el creador, gracias a su compañía Lauda Air, del ‘low cost’. Su mayor dolor y desespero se produjo cuando uno de sus grandes aviones se estrelló, falleciendo 270 pasajeros. Siguió adelante e, incluso, redondeó su negocio comprando AirBerlin y vendiéndosela a Ryanair.

Eso sí, Lauda jamás tuvo pelos en la lengua, ni en el ‘paddock’ de la F-1, ni ante el mismísimo Bernie Ecclestone, con quien tenía grandes discusiones pero siempre, siempre, llegaban a acuerdos, ni con los mismísimos y fuertes sindicatos de cuantos negocios emprendía, especialmente en el mundo de las aerolíneas. Era tan sincero, tan serio, tan profesional, que jamás fue políticamente correcto. Ni siquiera cuando, viendo que Ferrari no levantaba la cabeza en el Mundial de F-1, sentenció: “El problema de Ferrari es que los italianos han vuelto a coger el mando de la escudería”.