Agresiones

Violencia machista y animales

Los seres vivos no humanos son tenidos cada vez más en cuenta en los feminismos

Pillado en Barcelona intentando vender un cachorro de perro a turistas

Pillado en Barcelona intentando vender un cachorro de perro a turistas / periodico

Marta Roqueta

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Es sabido que la violencia machista en el ámbito de la pareja o expareja no solo afecta a la mujer, sino que el agresor puede dirigir su ira y control hacia sus más allegados, como los hijos, para hacerle más daño. Incluso se han registrado casos en los que el agresor ha atacado a la pareja actual de la víctima, o a una amiga. Sin embargo, no es tan conocido que los animales de compañía pueden ser objeto de dicha violencia.

En el ámbito rural se han documentado ataques a animales de granja para ejercer violencia económica contra las mujeres, puesto que estos animales suelen formar parte de la forma que tienen ellas de ganarse la vida. En el ámbito urbano, algunos maltratadores también la emprenden con perros y gatos, dañándolos, dejándoles sin comer, agrediéndolos sexualmente o matándolos delante de la mujer o de sus hijos. La doctora Núria Querol, del Observatorio de Violencia Hacia los Animales, ha apuntado que hasta un 59% de las mujeres maltratadas pueden retrasar o negarse a ir a una casa de acogida o a un recurso de emergencia si no se admite su animal de compañía. Por ello, municipios como Sant Cugat, Arrecife o Zaragoza trabajan para incluir los animales en los protocolos de atención a mujeres maltratadas.

Los animales de compañía también pueden ser compañeros para apoyar a las supervivientes. En Galicia existe un proyecto de terapia con animales de asistencia dirigido a niños, que incluye el acompañamiento al juzgado. Perros amaestrados se utilizan para proteger a las supervivientes de sus agresores, y para mejorar su salud mental.

Los seres vivos no humanos son tenidos cada vez más en cuenta en los feminismos, ante un sistema de relaciones de poder globalizadas que, como escriben Rosi Braidotti, Donna Haraway o Paul B. Preciado, somete toda forma de vida a las leyes del mercado y al control político. Incluir a los animales en la lucha contra la violencia machista es parte de la construcción de políticas que mejoren el bienestar de todos los seres del planeta.