Dos miradas

En pie de guerra

algunas poderosas voces mediáticas del independentismo siempre claman por el camino del quebranto

Miquel Iceta, durante un mitin de los socialistas en Barcelona, el pasado 25 de abril.

Miquel Iceta, durante un mitin de los socialistas en Barcelona, el pasado 25 de abril. / periodico

Emma Riverola

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El movimiento Iceta para el Senado ha acabado siendo un fiasco para los independentistas, especialmente para ERC. Ir de bravucón y recibir dos chascos produce cierto sonrojo. Más todavía si luces prendas de moderación que aún tienen el apresto de nuevas. De JxCat, ese artefacto electoral donde (mal)conviven el alma templada de lo que fue Convergència y el irredentismo de Puigdemont, sabemos que al menos hubo debate. Algunos no veían claro vetar el derecho de representación de un grupo parlamentario. Pero ante la duda, ya sabemos, siempre la peor opción. Desde el 2017, el Parlament se ha convertido en una burla a la democracia.

El episodio deja a los socialistas reforzados y a ERC como ese pretendiente a socio del que no puedes acabar de fiarte, con una pulsión irrefrenable para desbaratar las cartas, incluso cuando juegan a su favor. De todo el episodio, cabe constatar que algunas poderosas voces mediáticas del independentismo siempre claman por el camino del quebranto. Eternamente en pie de guerra, prestas a anotar una ofensa española más en la lista de agravios y a exaltar una gracia catalana, sus llamadas apuntan inequívocamente al mismo destino: el error. Sería indulgente atribuirlo a la falta de clarividencia o de inteligencia o de capacidad estratégica. Es evidente que andan sobradas de todo ello. Al fin, quizá todo se reduce a ganar o perder. Mientras Catalunya pierde, hay quienes no dejan de ganar.