Leales o proscritos

Miquel Iceta anda enfadado, y con razón, por los obstáculos que le ponen Ciudadanos, Junts per Catalunya y Esquerra para nombralo senador en representación del Parlament de Catalunya en sustitución de José Montilla. Tiene razón el primer secretario del PSC cuando les acusa de desleales. Una norma no escrita dice que, una vez asignadas las plazas en el Senado que corresponden a cada grupo parlamentario, el resto les dan la mayoría de los votos sin cuestionar el nombre del designado. El PSC está, pues, en su derecho de cambiar a Montilla por Iceta. Y los demás deben votarlo como votaron antes a García Albiol sin cuestionar su ideología. Algún día, no ahora, estaría bien revisar esta forma de proceder que el Parlament utiliza en múltiples ocasiones para eludir el espíritu de la mayorías reforzadas en la designación de diversos cargos. En lugar de buscar perfiles que agraden a todos los grupos, lo que hacen es intercambiar el apoyo a los candidatos particulares aunque sean más o menos aceptables. Las cuotas no son consenso, más bien todo lo contrario. 

¿De dónde viene la deslealtad de tres grupos parlamentarios que paga Iceta? Lo más probable es que hayan fallado las formas. Los socialistas, dicen que es una decisión personal de Pedro Sánchez, no se ocuparon de comunicar previamente a los afectados el cambio de nombres. Quizás temían que algunos quisieran cobrarse algún favor por lo que siempre se había dado gratis. Aunque también pudiera pasar que algunos de los implicados se sientan proscritos en la aritmética impuesta en las mesas del Congreso y del Senado de las que la futura presidencia de Iceta forma parte. Hace poco más de dos años, lo que era entonces Junts per Catalunya apoyó a Ana Pastor en el Congreso a cambio de un grupo parlamentario que nunca consiguió. Ahora, el PSOE se asegura la mayoría con Unidas-Podemos, pero deja fuera a PNV y Esquerra. No los necesita. Cierto. Por la misma razón también pueden decir que no necesitan a Iceta en el Senado. El proscrito tiende a ser desleal. Está pasando en la Catalunya del procés. Pero pasó también en la España del 23-F. Aún nunca hemos sabido porque los leales de PNV y CiU no fueron convocados a la reunión con el rey Juan Carlos tras el golpe de Estado.