Una Cambra para todos

Las primeras elecciones del pleno de la Cambra de Comerç de Barcelona desde que la pertenencia no es obligatoria han resultado controvertidas. Los resultados no han sido los esperados. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha movilizado a sus afines entre los miembros de la institución y ha conseguido una mayor participación que el resto de candidaturas, más o menos continuistas.

Los partidarios de la ANC acudieron a las elecciones con el propósito de convertir la Cambra en una trinchera del frente independentista. Si mantienen ese único proyecto en el programa cometerán un grave error que podría herir de muerte a la institución. Quienes no han logrado los apoyos que esperaban también tienen que preguntarse por qué motivos. La Cambra tiene sentido, también ahora que no tiene una filiación obligatoria, si es de todos. Por supuesto desde el punto de vista ideológico e identitario, pero también si se trata de grandes o pequeñas empresas e incluso de los autónomos. Sus funciones tienen todo el sentido del mundo desde el punto de vista empresarial y social. Pero para cunplirlas, la Cambra debe ser un instrumento útil como lo ha sido durante décadas.

Esta conmoción debería servir para promover la suma entre las diversas candidaturas. La venganza de unos contra otros servirá de muy poco. El camino debe ser recuperar la unidad preservando la viabilidad económica de la Cambra y buscando objetivos comunes respetando la pluralidad interna.