ANÁLISIS DEL GRAN DESASTRE

Y, encima, el Messi de Argentina

La imagen de Ter Stegen refleja lo que fue el desastre de Liverpool.

La imagen de Ter Stegen refleja lo que fue el desastre de Liverpool. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Se acabó el sueño de esa copa linda y deseada. Se acabó el sueño de millones y millones de seguidores azulgranas. Se acabó la posibilidad de conseguir el triplete que estaba, sí, en las manos, en tres partidos y uno de ellos, sí, sí, uno de ellos, empezaba con un rotundo 0-3 en el marcador de uno de los estadios, cierto, señor Klopp, en uno de los grandes templos del fútbol mundial. Se acabó la posibilidad de demostrar al mundo que este es el equipo contundente y de moda del fútbol europeo, el gran favorito, dijeron todos los que saben de fútbol, para conquistar la Champions de este año, entre otras razones, porque acudió a Liverpool sin haber perdido ¡ni un solo partido! en esta Champions.

Y estaban avisados, ya había ocurrido. En Roma, en otra gran ciudad, ni siquiera tan futbolera, tan pasional como la de los Beatles. Y, aún y con todo, pese a estar avisados, volvieron a provocar las risas de medio mundo (el cuarto gol es cómico) y de todos aquellos que creían que un Liverpool sin su estrella, sin su mejor goleador, sin el fabuloso Salah, podía darle la vuelta a la eliminatoria.

Y no caminaron solos

¿Por qué no podía ocurrir eso?, porque el Barça tenía a Leo Messi, no solo un resultado rotundo. Pero, el tanto final de esta semifinal es, sin duda, una de las grandes justicias del fútbol, un deporte que suele ser muy injusto y no suele premiar siempre al que mejor juega, al que más lo intenta, al que más lo quiere. Este 4-3 hace justicia a lo ocurrido en los más de 180 minutos que se han jugado, a tope, con enorme pasión, con fútbol trepidante en uno y otro bando.

Como reza el ‘You’ll Never Walk Alone’, que pone la piel de gallina a cualquier aficionado al fútbol, nunca caminaron solos. Como rezaba la camiseta que lucía Salah en la grada “no desistas, no abandones”. Como coreaba todo el estadio “continúa caminando a través del viento, continúa caminando a través de la lluvia (…) porque, al final de la tormenta, hay un cielo dorado y una dulce melodía”. Toda esa fuerza del templo rojo estuvo plasmada sobre el césped desde el minuto uno, pues, a los 52 segundos, ya pudo marcar Henderson y, a los seis minutos, ya ganaba el Liverpool.

El peor Messi de todos

Es verdad que el Barça tuvo sus oportunidades para marcar, 10 años después, ¡justo 10 años después!, el ‘Iniestazo’ que precisaba, de nuevo, en Inglaterra. Estuvo en las botas de un montón de sus jugadores, más en el primer tiempo, que acabó con un paradón de Alisson a remate de Alba o, incluso, en un remate a bocajarro de Messi, en el minuto 67, que fue rechazado, tapando su palo izquierdo, por el meta rojo. Es verdad que el Barça llegó a lamentar el ‘no gol’ de Dembélé en los últimos minutos del partido del Camp Nou.

Pero no es menos cierto que el Liverpool lo ha merecido, y mucho. Y no es menos cierto que anoche vimos, lamentable y tristemente, al Messi de Argentina. Alguna vez tenía que ocurrir y ha sucedido la noche en que ya acariciaba esa copa linda y deseada.

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