La semana en seis instantes

Uno: 'The Guardian' abre con un reportaje sobre las madres que toman microdosis de alucinógenos. Rosie, madre, dice que toma una pequeña dosis cada tres o cuatro días, para estar alerta y para poder pasar el día con sus hijos "con una sonrisa en la cara".

Dos: los Grandes Almacenes más famosos de España presentan una campaña sobre maternidad sacrificada en el día de la madre, y el cartel se lee a porcentajes, como la composición de una prenda que lavará una madre abnegada con una sonrisa en la cara -suponemos que puesta de setas, también-.

Tres: todavía dura la resaca electoral. Pablo Casado no sabe de dónde viene el viento, y Feijoo recoloca el discurso: "Vox ha sido el juguete de Pedro Sánchez para dividir a la derecha". Parece que el capote viene del este, pero lo mismo es marejada, o marejadilla, que rima con empanadilla.

Rosire, madre, dice que toma microdosis de alucinógenos para poder pasar el día con sus hijos "con una sonrisa en la cara"

Cuatro: Manuela Carmena dice que no le preocupa la llegada de Vox a las instituciones porque "la democracia nunca puede tener miedo a la disidencia dentro de ella". "Por supuesto, creo que alguno de estos grupos políticos representan algunos proyectos que tienen que ver con el pasado, no con el presente", define. 

Cinco: 'The Washington Post' publica un amplio reportaje sobre Vox, y también define. En este caso, el poder de fundaciones como CitizenGo, el brazo internacional de HazteOir, cuyos objetivos son eliminar los derechos de las personas homosexuales, restringir el aborto y los métodos anticonceptivos y promover una agenda explícitamente cristiana. El artículo destaca que "así como es posible en Estados Unidos apoyar comités de acción política (super PACs) que luego pagan publicidad para temas asociados a candidatos particulares, ahora también es posible para estadounidenses, rusos o la princesa de Thurn y Taxis donar a CitizenGo, y, por ende, apoyar a Vox".

Seis: 'Harper's Bazaar' publica un ensayo en el que advierte que, en Estados Unidos, "la masculinidad tóxica y la persistente idea de que los sentimientos son una cosa de mujeres ha dejado a una generación de hombres aislados, incapaces de fomentar relaciones íntimas con otros hombres". También dice que son las mujeres más cercanas a ellos las que pagan el pato. Y combaten la ansiedad y el peso de la pareja con alcohol, y ansiolíticos. En alguna ocasión, incluso con alucinógenos. Siga jugando y vuelva al punto uno.