EL TOQUE INGLÉS

La Premier solo para los ingleses

El Cardiff, representante galés, dice adiós a la máxima competición y coincidirá con el Swansea en Championship

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Josep Martí Blanch

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Hubo un tiempo en el que pensé que el País de Gales era uno de los Siete Reinos de Juego de Tronos, algo de lo que todo el mundo habla pero que solo existe en la imaginación. Hasta creí que su capital podía ser Rocadragón y que para hablar el galés bastaba con visionar capítulos de la serie: ¡Valar Dohaeris! Valar Morghulis! Para colmo, su bandera con el dragón rojo encaja perfectamente con el universo de George R.R. Martin. ¿Y si Gales solo fuera otro nombre para la tierra de los Targarien?

Sembró la duda no conocer a ningún galés cuando ya había incorporado a mi agenda telefónica a ingleses, escoceses e irlandeses. ¿Dónde están los galeses? Y me contestaba a mí mismo como Albert Rivera en un ridículo debate: ¿Lo escuchan? Es el silencio. El silencio de un país que solo existe en la imaginación.

Dirán, para hacerme sonrojar, que no puede dudarse de la existencia de algo que hasta tiene un príncipe orejudo llamado Carlos. Les responderé que también existe un máster de Pablo Casado y eso no lo hace real. ¿A qué no?

Como el brexit

Santo Tomás necesitó poner los dedos en la herida abierta en el costado de Jesús para creer. Para acabar con mi agnosticismo bastó una excursión al parque nacional de Snowdonia y ver un partido de liga entre el Connah’s Quay y el Llandudno.  Confirmado: el País de Gales existe. Cosa bien distinta que deba llamarse fútbol a lo que juegan en su primera división, que inició su singladura en 1992.

Lo mejor de su fútbol se juega en Inglaterra, no en Gales. Por ahí andan el Cardiff, que acaba de sellar su adiós a la Premier tras confirmarse su descenso; y el Swansea, cómodamente instalado en la zona tranquila de la segunda categoría tras épocas sin duda mejores. El año que viene la Premier será exclusivamente inglesa, como también lo es el brexit. Cosas de ingleses para ingleses hechas por ingleses. Ahí estarán el Norwich y el Sheffield United, ya con el ascenso en el bolsillo, a los que se sumará el Leeds o el West Bromwich.

Perder el tiempo

A los galeses les gusta el futbol, claro que sí. Hasta son recurrentes los reportajes intentando despejar el debate sobre si para la nación es más importante que el rugby. Una manera de perder el tiempo equivalente a discutir sobre si Ronaldo es mejor que Messi. Y que les guste no quiere decir que sepan jugarlo. A los alemanes les gusta la paella y Kaiserslautern no es conocida por sus arrocerías. Periódicamente hay también intentos para construir narrativas sobre el esplendoroso futuro que le espera al futbol galés. Acaban siempre en nada o casi nada, como las promesas en periodo electoral.

Que el conjunto no dé para mucho baile no quita para que en las enciclopedias del futbol haya sitio para Cymru, que es como se llama el país en galés, en el capítulo que atañe a los solistas. John Charles, Ian Rush, Ryan Giggs, John Benjamin Toshack, Gareth Bale o Neville Southall, por incluir también un portero, son grandes personajes que han demostrado que hasta en Turingia puede encontrarse una esquina donde el arroz esté en su punto y sepan diferenciar entre el grano carnaroli y el bomba. Pero para ser vecinos, puerta con puerta, la frontera entre Inglaterra y Gales desde el punto de vista futbolístico es más bien una fosa oceánica.