El 'caso De Gispert'
Del porcino catalán
¿Qué diablos le pasa a la expresidenta del Parlament? A Inés Arrimadas la tiene entre ceja y ceja; la ha llamado de todo: choni, inepta e ignorante, y en su momento la exhortó a volverse a Cádiz cantando bajito
Olga Merino
Periodista y escritora
Escritora y periodista. Master of Arts (Latin American Studies) por la University College of London (Beca La Caixa/British Council). Fue corresponsal de EL PERIÓDICO en Moscú en los años 90. Profesora en la Escola d'Escriptura de l'Ateneu Barcelonès. Su última novela: 'La forastera' (Alfaguara, 2020).
Olga Merino
Del cerdo se aprovecha todo, desde las orejas hasta los pies, y por eso este país, con un sentido práctico muy arraigado en la sangre, ha desarrollado una panoplia tan extensa de embutidos porcinos: el fuet, la 'llonganissa' y el 'espetec', la 'somalla', el 'bull', el 'bisbe negre' y la 'botifarra del perol'. Tal vez por ello, porque solo faltaba otro boicot a las manufacturas hechas en casa, la Associació Catalana de Productes del Porcí (Porcat) se ha apresurado a desmarcarse del montaje que, usando el logo del consorcio, calificaba de “cerdos” a diversos políticos del PP y Cs.
Y en estas, a Núria de Gispert, con su probada incontinencia digital, no se le ocurrió otra cosa que retuitear el mensaje. Aunque luego lo borró, ¿qué diablos le pasa a la expresidenta del Parlament? A Inés Arrimadas la tiene entre ceja y ceja; la ha llamado de todo: choni, inepta e ignorante, y en su momento la exhortó a volverse a Cádiz cantando bajito. Con anterioridad, la empresa malagueña Pig Demont ('pig' en inglés significa cerdo) había hecho otro chiste tontorrón con la caricatura del de Waterloo adornado con facciones porcinas, pero, en este caso, el genio de la boutade ni había presidido la segunda institución de Catalunya ni había recibido la Creu de Sant Jordi.
Ciertos días, una desearía haber nacido más al norte, tener pasaporte sueco o inglés, de antes del brexit, y poder presumir de otra casta política, con estadistas de la talla de Churchill, tan socorrido a la hora de trufar una cita. A sus oponentes políticos no los consideraba enemigos, sino gente respetable que estaba equivocada, y en la dialéctica parlamentaria derrochaba ironía, sentido del humor y juegos de palabras. Sir Winston Churchill habría sido un buen tuitero. Un diputado le llamó “dirty dog” (perro sucio), a lo que el premier del habano replicó sonriendo: ¿Puedo recordarle a su señoría lo que hacen los perros, sucios o no, en los vallados?”. A Clement Atlee le llamó “un hombre modesto con muchos motivos para serlo”. Otro nivel. Como dice el dicho catalán, 'de porc i de senyor se n’ha de ser de mena', y parece que de señorío en la política ya no queda ni rastro.
- SociedadDestrozos, puñaladas y "fiestas con escorts" en los nuevos rascacielos de lujo de Madrid: "Me fui por miedo
- SociedadUn menor y un hombre que intentaba salvarlo mueren ahogados por el oleaje en la playa del Miracle de Tarragona
- SociedadDani Alves acude a firmar a la Audiencia de Barcelona para cumplir con las medidas impuestas para su libertad
- TiempoActivada la prealerta del plan Inuncat por lluvias en varios puntos de Catalunya: "Puede superar el umbral
- SanidadLa tosferina se dispara en Catalunya: los casos de este año ya multiplican por 13 los de todo 2023
- BarcelonaVídeo | Las olas causadas por la borrasca 'Nelson' vuelven a comerse las playas de Barcelona
- Internacional25 años de cárcel para Sam Bankman-Fried, el niño prodigio de las criptomonedas
- Ocio y CulturaMuere la periodista Anna Pérez Pagès, rigor y compromiso con la cultura