EN CLAVE EUROPEA

La UE descuida los Balcanes

El pirmer ministro de Kosovo, Hashim Thaci.

El pirmer ministro de Kosovo, Hashim Thaci. / periodico

Eliseo Oliveras

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Después de meses de retórica belicista serbia sobre Kosovo en busca de una remodelación de las fronteras, la cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, volvieron a prestar un poco de atención a la potencialmente desestabilizadora región balcánica con una minicumbre en Berlín el 29 de abril.

El principal objetivo de la reunión fue evitar que los problemas de los Balcanes irrumpieran en la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo en mayo, para que no empeorara el retroceso ya previsto para los partidos tradicionales gobernantes (populares, socialistas y liberales) de la Unión Europea (UE), en beneficio de la ultraderecha y la izquierda alternativa, debido al creciente malestar social ciudadano que no obtiene respuesta.

La minicumbre concluyó con el habitual llamamiento a completar la normalización de relaciones entre Serbia y Kosovo, la promesa de una perspectiva europea para la región y la demanda de esfuerzos adicionales a los países balcánicos en democracia, libertad de prensa y lucha contra la corrupción. Sin embargo, ni la UE, ni Alemania, ni Francia tenían nada concreto que ofrecer a Serbia, a Kosovo y al resto de países para obtener los resultados reclamados.   

Zona por estabilizar

A pesar de la integración de Eslovenia y Croacia en la UE y la OTAN y el ingreso de Montenegro y Albania en la OTAN, la región dista de estar estabilizada. Un ejemplo de ello es la persistencia de la disputa sobre la demarcación fronteriza terrestre y marítima entre Eslovenia y Croacia, pese a la sentencia del Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya del 2017. Croacia rechaza aplicar esa sentencia y el primer ministro esloveno, el liberal Marjan Sarec, acusa al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, de mostrarse pasivo con Zagreb y defender el respeto de Derecho solo cuando le conviene, porque Croacia está gobernada su mismo grupo político, el Partido Popular Europeo (PPE).

Otros ejemplos de la inestabilidad son las marcadas tensiones políticas internas en Bosnia, Albania, Montenegro, Macedonia del Norte y en el principal país de la región, Serbia, con las manifestaciones de protesta semanales cada sábado en Belgrado desde el 8 de diciembre contra el autoritarismo del gobierno y del presidente, Aleksander Vucic. Este sistema de protestas políticas ya se ha contagiado a Albania y Montenegro, con importantes manifestaciones en Tirana y Podgorica durante los meses de marzo y abril contra los respectivos gobiernos por corrupción.

Unificar a todos los serbios

Las maniobras diplomáticas norteamericanas desde que John Bolton se convirtió en abril del 2018 en Consejero Nacional de Seguridad del presidente Donald Trump han alimentado la revitalización del antiguo proyecto serbio de redefinir las fronteras en base a criterios étnicos con el objetivo puesto primero en Kosovo y después en una eventual integración de la República Srpska serbiobonia en una ‘Gran Serbia’. El presidente de Serbia, Vucic y su homólogo de la República Srpska, Milorad Dodik, han estado evocando en los últimos meses el objetivo de unificar a todos los serbios dentro de las mismas fronteras.

La posibilidad de una remodelación étnica de las fronteras entre Kosovo y Serbia fue avalada por el Gobierno conservador-ultraderechista austriaco durante su gestión semestral de la UE en una cumbre en Alpbach (Austria) en agosto del 2018. Esta posibilidad obtuvo también el apoyo de Estados Unidos y de la responsable de la política exterior europea, Federica Mogherini, pero choca con el rechazo de Alemania y de los demás países balcánicos por el peligro de que reactive la violencia étnica.

Dirigentes asesinados

Pese a la retórica de Belgrado sobre la violencia y coacción a que padecen los serbios en Kosovo, la realidad es que la violencia en la zona serbia del Norte de Kosovo está vinculada a la política municipal con el asesinato de dirigentes serbios locales que no se plegaban al dictado ultranacionalista del Gobierno serbio, como Dimitrije Janicijevic (enero del 2014) y Oliver Ivanovic (enero del 2018). Otra dirigente crítica serbia en Kosovo, Rada Trakjovic, ha sido acusada de traidora por la prensa y las autoridades serbias, como precisa un informe del European Stability Initiative (ESI).

La desatención de la UE a los Balcanes, el insuficiente respaldo económico y el alejamiento de la prometida adhesión han favorecido que otras potencias ganen influencia política en la región: Rusia ha revitalizado sus vínculos con Serbia e intenta entorpecer el ingreso de Macedonia del Norte en la OTAN; China, vía inversiones millonarias, ha multiplicado su poder político en toda la región; y los países del Golfo y Turquía también han ampliado su influencia vía inversiones y promoción del islam, en especial en Bosnia.