análisis

El guion de Messi

Messi celebra su soberbio gol de falta al Liverpool, el 3-0 del Barça.

Messi celebra su soberbio gol de falta al Liverpool, el 3-0 del Barça. / periodico

Mónica Marchante

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Conviene aprender de los errores. Por eso ni un solo barcelonista debería reservar entrada para el Wanda hasta el próximo miércoles. Pocas veces un resultado tan abultado como el 3-0 de la ida ante el Liverpool refleja tan equívocamente lo que vimos en el terreno de juego, y a la vez tan fielmente la supremacía de un genio irrepetible.

Durante gran parte del partido, y especialmente en la primera media hora del segundo tiempo el empuje del Liverpool sobre el Barça fue apabullante. Tres paradas de Ter Stegen impidieron que los de Klopp se llevasen un resultado que hubiera podido ser definitivo. Ni siquiera la elección de músculo de Valverde al dar la titularidad a Vidal en lugar de Artur fue capaz de contrarrestar la exigencia física de los 'reds'.

El centro del campo del Barça se vio asfixiado y prueba de ello la jugada que terminó en el 1-0, iniciada con un cambio de juego del propio Vidal sobre la izquierda que Coutinho primero  y Jordi Alba después supieron llevar hasta el hueco entre la defensa para que Suárez ejecutase a la red. Un gol tranquilizador con poco ADN Barça en el origen de la jugada. Pero también una versión práctica y versátil de cómo reaccionar ante la presión del poderoso Liverpool.

El resto del relato lo quiso firmar Leo Messi. Se frotaría los ojos Scaloni desde el palco viendo la ejecución de la falta desde casi 30 metros. Como lo hicimos quienes estuvimos en el estadio. Es curioso que se cumplieran Justo 14 años de su primer gol con el Barça, y que esa obra de arte fuese su gol 600 desde entonces. Es imposible inventar tanto y tan bello durante tanto tiempo. Ser tan determinante en los partidos más exigentes. Destruir él solo lo que estaba siendo un enorme partido del rival. Manejar el balón en movimiento a la velocidad que él decide a cada instante o golpearlo en un libre directo desde esa distancia y convertirlo en un disparo imparable.

Los rostros asombrados de los rivales

Divierte ver los rostros asombrados de sus rivales en la barrera, de los aficionados en la grada, de compañeros que se llevan las manos a la cabeza.”What a strike!”  (¡Qué disparo!) exclamó el técnico del Liverpool recordando el 3-0. Dijo Klopp que estaba orgulloso por la forma en la que los suyos habían defendido, de forma totalmente legal, sin agredirlo ni intentar sacarlo del partido. Aún así, se llevaron 3 goles que pudieron ser 4 si Dembélé  hubiera aprovechado el balón que le devolvió Messi ante Alisson en el tiempo añadido.

Un futbolista irrepetible que este año además ejerce de capitán en el campo, con su afición y ante los micrófonos. ¿Se atreverá alguien a pitar a Coutinho tras el gesto hacia la grada aclarado por el propio Messi al final del partido? “Tenemos que estar más unidos que nunca, no es momento de pitar a nadie” sentenció Leo en Movistar +.

El sueño de Cruyff

Mientras Xavi anuncia el comienzo de su carrera como entrenador, el Barça sigue bailando al ritmo de la maravillosa música que dirige un genio empeñado en volver a levantar esa linda copa. Si no desafina demasiado la orquesta en Anfield, ni hay novedad en Amsterdam, probablemente, donde quiera que esté, Johan Cruyff sonreirá el próximo 1 de junio viendo a los dos equipos de su vida homenajeando al fútbol… y a su legado.