Un gran dilema moral

El comandante Lars Koch, piloto del Ejército del Aire alemán, es enviado a interceptar un avión comercial con 164 personas a bordo que ha sido secuestrado por unos terroristas, quienes pretenden estamparlo contra un estadio de fútbol ocupado por 70.000 espectadores. Ante la negativa de los terroristas a deponer su actitud, el comandante Koch dispara un misil aire – aire contra el avión y éste cae derribado sobre un campo de patatas. Ha optado por lo que él cree que es el mal menor, pero la justicia no piensa lo mismo y lo lleva a juicio. Ese juicio compone la totalidad de 'Terror', la primera obra teatral de Ferdinand Von Schirach (Múnich, 1964), que ha publicado entre nosotros su editorial habitual, Salamandra.

La primera incursión en el teatro de Ferdinand Von Schirach se ha representado en más de 20 países

Von Schirach es un abogado que un buen día se lanzó a la escritura con excelentes resultados. Su primer libro de relatos -inspirados en casos en los que había participado-, 'Crímenes', era una maravilla de austeridad y precisión que no descuidaba el lado humano de las historias que se nos narraban. Su siguiente libro de cuentos, 'Culpa', también estaba muy bien. El hombre flojeó un poco con su primera novela, 'El caso Collini', pero recuperó el pulso con la segunda, 'Tabú'. Su primera incursión en el teatro se ha representado en más de 20 países, aunque no me consta que en España vayamos a disfrutar inminentemente de ese privilegio. También el libro ha pasado bastante desapercibido, aunque plantee un dilema moral muy interesante y lo haga con la habitual calidez fría de su autor, un hombre capaz de dotar de alma la prosa más burocrática (de verdad que no sé cómo lo consigue). Yo mismo lo he tenido semanas encima de una mesa porque siempre tenía algo más urgente que leer, o eso creía yo. Me lo llevé a Madrid hace poco porque necesitaba un libro que me durara dos noches y, tras leerlo, aún me sorprendo en ocasiones dándole vueltas a la desventura ética del comandante Koch.

Como Von Schirach convierte a los espectadores de 'Terror' en jurados por un día, la función cuenta con dos finales, dependiendo de si el respetable ha considerado que Lars Koch era culpable o inocente. En una época en la que todo debe ser divertido, 'Terror' es de una seriedad absoluta y está trufada de citas de grandes filósofos, pero no es una obra para empollones: cualquier espectador con un sentido moral de la existencia puede sentirse interpelado.