La movilización del electorado

Campaña de fe y penitencia

Los populistas emplean la táctica de discursos y gesticulación que contagien odio y miedo entre la ciudadanía

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Patrycia Centenoa

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Coinciden los analistas políticos en describir esta campaña como la de las emociones. Lo dicen en sentido peyorativo. Y no solo porque la hayamos padecido en Semana Santa (en tiempos de fe y penitencia), no. Ese tono de denuncia y pesar viene dado porque socialmente conferimos mayor rigor a la razón que a los sentimientos y debido a que a alguien se le antojó asociar maliciosamente emoción -cualquier emoción- con populismo. Basta repasar la historia para darse cuenta de que los oclócratas, tanto de derechas como de izquierdas, han recurrido a las emociones. Ahora, habría que advertir también que mayoritariamente se decantan por el histrionismo y exagerar las emociones negativas, las emociones que nos paralizan y nos impiden pensar, sentir y actuar con sensatez, serenidad y calma. 

Los populistas de hoy emplean la misma táctica: discursos y gesticulación que contagien odio y miedo entre la ciudadanía. Las fotografías donde Hitler ensayaba sus mítines frente a una cámara con ademanes de intimidación, desafío y rabia; pueden descubrirse hoy en la puesta en escena de Trump, Bolsonaro, Maduro, Salvini o Santiago Abascal. El 'hooliganismo' político se ha evidenciado en esta campaña al saberse que el único diario de tirada nacional que ha logrado entrevistar a los cinco principales candidatos ha sido un periódico deportivo y al escuchar al moderador del debate en la televisión pública sugerirle a los participantes que se perdieran el respeto... 

El trabajo sucio en el PP

Que Pablo Casado pausara su incendiaria provocación dialéctica en los debates no fue casualidad. Como presidenciable es mejor dejarle el trabajo sucio a alguien de naturaleza soberbia como Cayetana Álvarez de Toledo (es su sempiterno gesto altivo de barbilla alzada el que ha modelado su cuello a modo de mujer jirafa). Como marquesa tiene un don: puede acusar a los estudiantes que trataron de impedir su participación en la UAB de "pijos, reaccionarios, niñatos totalitarios, consentidos, subvencionados, a los que pagamos todos para que secuestren la universidad pública" sin despeinarse.

Sánchez también ha recurrido al temor para movilizar al electorado en esta campaña

Y sobre la elección de las localizaciones de esta campaña, Ciudadanos escogió Rentería para uno de su mítines. ¿Y por qué no hacerlo allí?, se preguntaba Rivera. ¿Y por qué sí?, me preguntaba yo. Supongo que por el mismo motivo que Inés Arrimadas se decantó por Vic (tierra de Marta Rovira) o Torroella de Montgrí (localidad de Dolors Bassa). Porque desgraciadamente encuentran allí a gente dispuesta a regalarles las emociones negativas (rechazo y furia) de las que el partido precisamente se alimenta para obtener espacio en los medios de comunicación. Porque entregarle en directo una carta de dimisión al director de TV-3 cuando Cs lo había aceptado previamente como moderador de un debate en el que participaban no tiene mucho sentido, pero sí repercusión mediática. Del mismo modo, puede que una fotografía en un marco de 'los chinos' que se rompe con solo mirarlo parezca ridículo pero el lunes y el martes no se comentó otra cosa. Ya saben, que hablen de mí aunque sea mal.

Aunque no de un modo tan ostentoso, Pedro Sánchez también ha recurrido al temor para movilizar al electorado en esta campaña. Las referencias a Vox, incluso estando ausente en los debates, se debía a su necesidad de trasladar la imagen de que si no se vota al PSOE, la ultraderecha podría tener posibilidades reales de entrar en el Gobierno. Por su parte, el independentismo sigue explotando la victimización de los presos y exiliados políticos. Por eso, contemplar a Jordi Sànchez compareciendo desde la cárcel a través de videoconferencia sentado en un pupitre (empequeñece e infantiliza a la persona) con una bandera española y un retrato de Felipe VI de fondo, aunque no fuera ex profeso, beneficia (agita) al separatismo. 

En este ambiente tan cargado, se ha empezado a venerar la imagen de un Pablo Iglesias sorprendentemente moderado. Con el fin de reducir la repulsa que su carácter alfa producía entre parte del electorado, especialmente mujeres, le han corregido el 'manspreading' al sentarse y los brazos en jarra de la postura de sheriff que adopta cuando está de pie. En verdad, el secretario general de Podemos solo se ha apoderado del espíritu errejonista del que que tanto tiempo se burló y despreció. Ahora Iglesias pide educación y mantener las formas por respeto a los ciudadanos para contribuir a un intercambio intelectual enriquecedor. Ahora... En fin, que la jornada de este sábado de reflexión nos permita serenarnos y que el voto del domingo nos pille a todos confesados.