Las elecciones del 28-A

No quiero (para la reflexión)

No quiero a un presidente (del Gobierno o de la escalera) grosero, impertinente, pendenciero y camorrista

Pablo Casado, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Albert Rivera, en el plató de Atresmedia.

Pablo Casado, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Albert Rivera, en el plató de Atresmedia. / JOSÉ LUIS ROCA

Josep Maria Pou

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Soy de los que dan por sentado que la jornada de reflexión no tiene demasiado sentido. Y si alguno tiene, es solo para los indecisos que siguen devanando la madeja. En ese ejercicio de recogimiento la víspera de la celebración no entramos, pues, los que ya tenemos el voto decidido con anterioridad. Entiendo que la reflexión de este sábado debe centrarse en lo que va a hacer uno el domingo en el momento de elegir (o no) y depositar (o no) la papeleta en la urna, pero creo que sería más útil si en lugar de mirar hacia adelante echara la vista atrás, hacia lo que ha sido esta campaña y a lo que hemos visto y oído en los últimos días. Porque eso sí es motivo de reflexión profunda.

Uno va cumpliendo años, elecciones y campañas. Y aunque uno no pierde la esperanza, sí va perdiendo el aguante. Y esta vez he llegado casi al desentendimiento a causa de tanta bronca, tanto insulto, tanta falta de respeto y –hay que decirlo muy claro- tan mala educación. No es propia de quien pretende ser líder y aspira a gobernar. No quiero a un presidente (del Gobierno o de la escalera) grosero, impertinente, pendenciero y camorrista. Con rictus de pijotero y sonrisa de perdonavidas. No lo quiero. Como tampoco los quiero crispadores profesionales, mentirosos a sabiendas o chulánganos tabernarios.

Digo algo de lo que no quiero y recuerdo al respecto unos versos de Angela Figuera Aymerich (1902-1984), a la que, dicho sea, sugiero reivindicar y reeditar lo antes posible: “…No quiero/ que el trigo se queme y el pan se escatime/ No quiero/ que haya frío en las casas/ que haya miedo en las calles/ que haya rabia en los ojos/ No quiero/ que en los labios se encierren mentiras/ que en las arcas se encierren millones/ que en la cárcel se encierre a los buenos/… No quiero/ que la tierra se parta en porciones/ que en el mar se establezcan dominios/ que en el aire se agiten banderas/ que en los trajes se pongan señales/… No quiero/ que me tapen la boca/ cuando digo NO QUIERO…”

Versos sorprendentemente actuales. Para la reflexión.