El lenguaje de Vox

Don Pelayo, al galope

El léxico de la extrema derecha es una sustancia altamente corrosiva que oscila entre las elucubraciones más rancias y garbanceras y sañudos ataques a las sociedades abiertas

Santiago Abascal, en un mitin de Vox en San Sebastián

Santiago Abascal, en un mitin de Vox en San Sebastián / periodico

Albert Garrido

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La alcantarilla de la extrema derecha salpica la campaña en todas direcciones y enturbia los discursos de la derecha convencional hasta fundirlos con el griterío ultra. Al chapotear en el albañal con insistencia, Vox rescata del olvido un léxico retirado de la circulación hace decenios, un vocabulario utilizado por el franquismo para emborronar la historia, sacar de la tumba a héroes más o menos reales y concretar una de sus más recurrentes frases: España es una unidad de destino en lo universal, un eslogan joseantoniano que dio mucho juego, que Santiago Abascal aún no ha citado, pero por ahí andan sus digresiones. Así ha llegado Vox a Don Pelayo, al Cid Campeador y al general Álvarez de Castro; de esta forma ha sido posible que la Virgen de la Caridad saliera en procesión –Semana Santa de Sevilla– ataviada con un fajín de general que fue de Franco.

Los progres, islamistas y comunistas atacan las libertades de los españoles, dijo Santiago Abascal en Covadonga, y al oírlo se fue la memoria al contubernio judeo-masónica, en connivencia con el comunismo, que el franquismo citaba en cuanto la situación requería la intervención a porrazos de los grises.

El léxico de la extrema derecha es una sustancia altamente corrosiva que oscila entre las elucubraciones más rancias y garbanceras y sañudos ataques a las sociedades abiertas. A Cayetana Álvarez de Toledo casi le hacen la ola después de impugnar las convicciones más asentadas de qué es una violación de qué es una violación mediante una doctrina que puede suscribir hasta la última coma Francisco Serrano, líder de Vox en Andalucía, con inquietantes opiniones acerca de asuntos que interesan la seguridad y la autonomía de las mujeres. Es el mismo Francisco Serrano que proclama el inicio de la Reconquista por el sur –la otra empezó en Asturias; el inaprensible Don Pelayo de nuevo– “para transformar el Estado autonómico en un Estado de derecho unitario”. Algo tan parecido al obsceno pájaro de la noche de la dictadura que mejor no seguir dando carrete a quienes se aprovechan de la democracia para cargársela sin miramientos como tantas veces sucedió en el pasado.