Barcelona y Sant Jordi

El mapa

Hoy no será el mejor día para embelesarse y comprobar que la literatura es vida y es calle y es ciudad

Un aspecto de Rambla de Catalunya, este lunes.

Un aspecto de Rambla de Catalunya, este lunes. / .43047967

Josep Maria Fonalleras

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Cuando Marina Espasa, la responsable de la oficina Barcelona Ciutat de la Literatura, me dio el 'Mapa Literari de Barcelona' se le iluminó la cara. Sospecho que le debe pasar cada vez que hace entrega de esta guía que sirve para deambular por la ciudad a través de los libros y de los autores que la han habitado a lo largo de los siglos. Calles por donde han paseado (y amado y muerto) sus personajes o ellos mismos, bares que han frecuentado, cementerios donde reposan, casas donde vivieron, espacios que se han hecho famosos gracias a la literatura. Es una joya, e incluso es atractivo por el tacto. No es de esos mapas relucientes o demasiado llamativos, no es un mapa de baratillo, de turista apresurado, sino que, con un satinado discreto, tiene una textura amable. Sabe mal incluso desplegarlo y usarlo, es decir, estrujarlo y llevarlo en el bolsillo posterior del pantalón, que es lo que hacemos con todos los mapas.

De hecho, sin embargo, conviene que lo magullemos para descubrir los rincones desconocidos y para certificar los que ya conocemos. Hoy no será el mejor día para llevar a la práctica esta propuesta geoliteraria, la del 'flâneur' que se embelesa y comprueba que la literatura es vida y es calle y es ciudad, porque hoy muchos están pendientes del mapa efervescente de las firmas y del espectáculo. Pero no tarden en hacerlo. Es una cata lujosa que, como el armagnac, tiene que degustarse rozando la copa con las manos. Con pausa.