Análisis

¡Medio millón de viviendas vacías!

Bloque pisos la Marina

Bloque pisos la Marina / periodico

Jordi Alberich

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En la edición del viernes, EL PERIÓDICO otorgaba una especial relevancia al informe del Banco de España 'Evolución reciente del mercado de la vivienda', destacando que el estoc de viviendas por vender sigue estabilizado en las 500.000 unidades. Más allá de los datos acerca de la evolución interanual del mercado de la vivienda, el interés del informe radica en la dimensión y persistencia de dicho estoc, en su ubicación geográfica, y en la creciente demanda de vivienda de alquiler.

El que durante años, ya más de una década, un país de nuestra dimensión, disponga de medio millón de pisos vacíos, representa una anomalía extraordinaria. Una lamentable falta de planificación en la provisión de un bien tan fundamental para los ciudadanos como es la vivienda, y un extraordinario despilfarro de recursos económicos. Un cálculo simple, suponiendo 100.000 euros por vivienda, nos lleva a 50.000 millones de euros ociosos.

El informe apunta que uno de los principales motivos que favorecen la permanencia de dicho estoc es su ubicación geográfica, que no coincide con las zonas donde se da demanda de vivienda. Una disfunción de este tipo sólo se entiende si el criterio para construir se limita a la disponibilidad de terreno calificado y de financiación, obviando un análisis sensato acerca de la previsible evolución de la demanda. Y también nos señala que, de no darse una clara voluntad política, la tendencia natural de la economía conlleva a la concentración de la población, y la actividad económica, en las grandes metrópolis.

Finalmente, se señala la preferencia de los más jóvenes por la vivienda de alquiler que, ante la escasa oferta, fuerza al alza los precios. Una opción que nos asemeja a los hábitos que se dan en la Unión Europea, y que viene estimulada por dos razones. De una parte, por la crisis económica que conlleva precariedad laboral y salarios más bajos entre los jóvenes. De otra, por un cambio de hábitos que, al margen de la situación económica, les lleva a optar por el alquiler. Lamentablemente, ni en los años de bonanza, ni en la posterior década de crisis, la provisión de vivienda de alquiler ha constituido una prioridad de los diversos niveles de administración concernidos.

Las disfunciones señaladas constituyen una muestra paradigmática de lo que sucede cuando se renuncia a la política, y se deja que sea el mercado el que asigne recursos por si solo, especialmente en una cuestión como la vivienda. Un bien cuya provisión requiere de tiempo, planificación, y grandes acuerdos, tanto entre los principales partidos como entre los diferentes niveles de la Administración.

Además, la disponibilidad de vivienda asequible constituye el primer elemento para luchar contra las desigualdades, especialmente en las grandes ciudades. Enfrentados a unas elecciones municipales, autonómicas, y generales, uno esperaría que la vivienda figurara de manera destacada en los debates y propuestas electorales de los diversos partidos. No es el caso. Pero ellos, tan tranquilos.