Polémica sobre los exgenerales reclutados por Vox

¿Son las Fuerzas Armadas de extrema derecha?

El Ejército español no es una guarida de facciosos, aunque sea mayoritariamente conservador

Ilustración opinion

Ilustración opinion / ALEX R. FISCHER

Rafa Martínez

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Cobra sentido este interrogante al hilo del reciente reclutamiento de exgenerales como cabezas de lista por parte de VoxexgeneralesVox. Responderé rápido y claro: no, los ejércitos españoles no son una guarida de facciosos; bien al contrario.  Pero conviene tener presente que todas las sociedades democráticas conviven con sus enemigos; es decir, en todas ellas hay, por derecha y por izquierda, ciudadanos y colectivos que cifran en la desaparición de la democracia su esperanza política.

Quejas contra los gobiernos y 'procés'

No obstante, en los datos que el CIS ha recogido desde junio de 1983 hasta hoy, los españoles que se autoubican en la extrema derecha nunca ha superado el 4,4% -febrero de 1993-; siendo lo habitual, como actualmente, una oscilación entre el 2% y el 3%.  Creo que el 'fenómeno Vox' difícilmente se explica mediante un crecimiento vertiginoso de esta posición de ultraderecha. Más bien, como parece que les ha ocurrido a los exmilitares que concurrirán como cabeza de lista de esta fuerza, se trata de ciudadanos quejosos con cómo el Gobierno de Mariano Rajoy afrontó el 'procés' y a los que, si bien pudiera ser legal, tampoco les resulta legítimo que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se apoyase en una mayoría parlamentaria en la que estaban, entre otros, Bildu, ERC y el PDECat.

Pese a la falta de militares de centroizquiera e izquierda, no parece el territorio más propicio para según qué veleidades y menos aún para 'salvadores de la patria'

Así las cosas, ¿hay militares poco o nada demócratas?  Por supuesto.  Del orden del 10%.  A principios de siglo, con mi equipo de investigación conseguimos entrevistar unos 2.500 aspirantes a oficial y suboficial -el 99%- que se estaban formando en las 32 academias militares de los tres ejércitos. Aquellos hombres y mujeres hoy son capitanes y puede que algún comandante. Están todavía lejos del generalato.  El análisis de los datos de aquella investigación nos mostraba que el 27% eran demócratas participativosel 36% demócratas apáticosel 22% demócratas desafectos y el 10% no demócratas. Estos últimos ponían en duda la legitimidad del sistema democrático y también valoran negativamente su funcionamiento en España. En coherencia con ello, eran los que más cuestionaban los pilares del sistema democrático: elecciones, partidos políticos, Parlamento, medios de comunicación, poder judicial. Provenían de familias muy conservadoras, religiosas y con antecedentes en las Fuerzas Armadas. Eran el grupo más favorable a la pena de muerte, a las tradiciones, a la Iglesia, a la energía nuclear y a los movimientos provida y los que más rechazaban la despenalización de las drogas, la libertad sexual, los movimientos ecologistas, las feministas y los gais y lesbianas. En consonancia con todo ello se ubicaban primordialmente en posiciones de extrema derecha.

Siendo el 1 extrema izquierda y el 10 extrema derecha, la sociedad española se ubica ideológicamente como media en torno al 4,7.  Nuestro estudio ofrecía una media de 6,3 en los militares -5,8 entre futuros suboficiales y 6,8 en los futuros oficiales-.  El conjunto militar es mayoritariamente conservador, al igual que ocurre, según un estudio de Caforio, entre los militares del resto de Europa; pero sí que, a diferencia de estos, casi carecemos de militares de centroizquierda e izquierda. Nuestro modelo es muy similar al italiano con la diferencia de que, entre los futuros oficiales, la extrema derecha allí supera el 20%.

Flaco favor a la imagen ganada

Tampoco conviene olvidar que, al referirnos a las Fuerzas Armadas estamos hablando de la institución en la que menos confiaban los españoles en los 80 y 90, tal y como muestran los datos del European Value Systems Study Group.  En cambio, en el 2015, era la segunda institución en la que más confiaban los españoles; por delante del Gobierno, el Parlamento, los ejecutivos y parlamentos autonómicos, el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo, la Monarquía, los medios de comunicación, los partidos, los sindicatos, el Consejo General del Poder Judicial y la Iglesia católica. Tengo para mí que tras intensos años de reformas, modernización y misiones internacionales, los exgenerales le han hecho un flaco favor a esa imagen de rigor y profesionalismo tan laboriosamente obtenida.

Conviene tener presente que, según el CIS, en una serie de encuestas que van desde 1997 hasta el 2017,  más de la mitad de los españoles no estarían dispueston a participar en la defensa del país, más del 30% no quiere que las Fuerzas Armadas sean utilizadas ni ante el caso de una invasión de un tercer país en nuestro territorio y donde escasamente la mitad siente emoción reseñable ante el himno nacional o la bandera. No parece el territorio más propicio para según qué veleidades y menos aún para militares 'salvadores de la patria'.