Estrategias electorales

Sánchez al alza

Como advierten los sabios, la realidad es ondulante, y la ola del presente favorece al líder socialista, y más que lo hará con una sola condición: que mantenga el equilibrio, como un buen surfista

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Xavier Bru de Sala

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Pedro Sánchez no es un estadista pero sí un gran equilibrista. Pasa la maroma como nadie. Esta característica, que en otras circunstancias le podría costar cara, es la clave de su ascenso y, si los pronósticos intuitivos no fallan, de una victoria que irá más allá de los sondeos actuales.

Victoria de rebote, por eliminación, pero más contundente de lo que se anuncia. Mientras el tripartito de derechas pierde toda compostura, los podemitas y los independentistas moderados se encogen tanto como pueden para no facilitar la campaña de la derecha. Incluso asumen el riesgo de no satisfacer las aspiraciones de sus electorados. El radicalismo de la derecha y la moderación relativa de los demás mejora las perspectivas de Sánchez.

Estas elecciones no van de campaña, ni de programa, ni de propuestas, sino de posicionamientos, de fuerza, de mareas y bajamaresposicionamientos. Se trata de saber leer el presente, de observar que no es de flujo sino de reflujo. En este sentido, las tres derechas y el independentismo radical participan de una similar miopía que les lleva a navegar contra corriente del momento (no se sabe si de la historia). Ha pasado casi un año y medio desde el punto culminante de la confrontación. Por mucho que nos pusiéramos a la obra, no podríamos impedir que una ola comenzara el ciclo descendente una vez ha alcanzado su máxima altura.

Si esto se entiende bien, se verá que la diferencia de expectativas se dirime por el hecho de ir o no contra corriente. No es que Sánchez y su cortejo de 'moderados' -más bien deberíamos decir radicales con sordina- remen a favor de corriente. Simplemente, no reman o reman flojito, y eso les otorga una ventaja capital ante el resto de los que se esfuerzan en revertir el sentido de la ola descendente a base de remar contra corriente.

Todo el mundo es libre de pensar que la historia avanza de manera rectilínea hacia la consecución de sus propósitos. Pero como advierten los sabios, desde Montaigne a Tolstói o Proust, la realidad es ondulante, y la ola del presente favorece a Sánchez, y más que lo hará con una sola condición: que mantenga el equilibrio, como un buen surfista.