Análisis

Un cártel de la muerte... en Madrid

15 empresas se pusieron de acuerdo para ganar concursos en Adif por valor de 1.000 millones de euros

ortega-cas-28-3

ortega-cas-28-3 / periodico

Albert Sáez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La campaña electoral transcurre de manera anodina en las redes sociales y también en los medios tradicionales. Los periodistas no tienen en este país el suficiente apoyo del público para contrarrestar el alto nivel de estupidez de los politicos como ha señalado recientemente Daniel Innerarity. De manera que pasamos la campaña entretenidos con las propuestas fake en Nueva York, los lacitos multicolores o el histrionismo de Josep Borrell cuando no le ríen las gracias los entrevistadores. Y se nos pasan por alto cuestiones importantes. Por ejemplo, que casi todos los partidos que concurren a las elecciones han aceptado impulsar un pacto de Estado para impulsar el blockchain durante la próxima legislatura. Pero el mayor descuido es que el debate político no lleve un par de días centrado en esta noticia bomba: "La CNMC multa con 118 millones a 15 empresas por cártel en concursos de Adif". Resulta que un conglomerado de empresas,  encabezadas por los dos líderes europeos del sector (Alstom y Siemens), se reunían periódicamente en un hotel del centro de Madrid para encarecer los concursos de electrificación del AVE y repartírselos. El modus operandi consistía en decidir las combinaciones de UTE (Unión Temporal de Empresas) con las que se presentaban a los concursos, pactar el precio de la que resultaría ganadora y presentarse las demás con ofertas menos competitivas. Todo lo contrario de lo que exige la libre competencia y que busca la ley de adjudicaciones públicas. Durate 14 años, en plena crisis económica y con gobiernos de PP y PSOE en Adif, sumaron contratos por valor de más de 1.000 millones de euros. La multa impuesta, algo más del 10% de lo obtenido, parece que compensa de sobra las ganancias. Mejor que no intenten calcularlas.

Un escándalo de estas dimensiones debería colapsar la campaña electoral. Se rompen postulados que se defienden desde la derecha y la izquierda de manera más o menos radical: se quiebra el principio de concurrencia del sector público, se dinamita la libre competencia del sector privado, se crean estructuras monopolísticas, se encarecen los servicios públicos, se genera más déficit, se obliga a subir impuestos y los precios públicos. Un desastre de dimensiones colosales que no ha merecido un tuit de la clase política. Debería almenos suscitarlo entre las organizaciones empresariales o sindicales. Entre otras cosas porque conecta con otra pregunta que tampoco gustó a Josep Borrell en la televisión alemana y que ha pasadao desapercibida: ¿Por qué a los países de la UE, incluida España, les cuesta tanto avanzar en materia de transparencia?

La economía capitalista está duramente lastrada por este tipo de concertaciones de las grandes empresas para captar importantes sumas de recursos públicos. Este tipo de prácticas genera desconfianza en los ciudadanos, desincentiva a los emprendedores, castiga a las pymes,... ¿Qué parte del déficit y la deuda que ahogan a la economía españolas se debe a la actuación de cárteles como el de la electrificación? Alguien debería contestar y dejar de decir sandeces durante un rato.