El tablero catalán
¡Qué travieso!
La polémica de la pancarta no solo evidencia una falta de estrategia, sino que la táctica que aplica Torra está triturando las instituciones
Ricard Ustrell
Periodista
Ricard Ustrell
La travesura de Torra con la pancarta de la semana pasada debería ser más propia de la revista 'El Jueves' que el orden del día político. De hecho, 'El Mundo Today', días previos al cambio de pancarta, publicó una noticia 'fake' en la que decía que Quim Torra cambiaría el color del lazo ante la petición de la JEC. Cuando 'El Mundo Today' se convierte en un gurú informativo es preocupante y anula el fondo de la cuestión de la pancarta, la situación de los presos.
Carod-Rovira alertaba en la SER que esto está alejando al independentismo de su objetivo real y criticaba el poco sentido de Estado de Torra. Y es que la polémica de la pancarta no solo ha evidenciado que hay una falta de estrategia que está alejando a muchos independentistas, sino que la táctica que están aplicando, con tanto electoralismo -al más parecido estilo de Ciutadans- está triturando las instituciones.
El presidente se queja de un árbitro que, además, ha caído en la provocación. Torra lo hace apelando a la libertad de conciencia pero obviando que él es presidente de la Generalitat y, por tanto, debe limitarse en el ejercicio de sus libertades individuales. Los derechos fundamentales han nacido históricamente como defensa de los ciudadanos, una protección que va en contra del poder. Torra olvida que es poder y que, del mismo modo, se criticaría a un juez o un policía que actuara en nombre de su individual libertad de expresión mientras ejerce su trabajo.
Irresponsabilidad y abuso de poder
Recuerdo un tiempo en que la desobediencia no era la palabra de un gobernante si no una herramienta civil. Entonces se tenía claro quién era pueblo y quién era gobierno. Rehuir en nombre de las libertades desdibuja y confunde la naturaleza de dónde estamos y por qué: precisamente por irresponsabilidad política de todos y por un abuso de poder del Estado.
Y a todo esto se suma la idea que el Govern no está haciendo nada mientras pone pancartas. No es cierto. En Palau se está trabajando. Por ejemplo, en un despacho de una consejera hay una fotografía de los terrenos que hay alrededor de Salou. Es donde se quieren instalar nuevos casinos de los que nadie habla. ¡Qué travieso, Quim Torra!
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