Ante las elecciones del 28-A

El 'caso Cayetana'

Pablo Casado sorprende presentando en Barcelona a una política-intelectual de Madrid, conocida por su alergia al catalanismo

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Joan Tapia

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Hace ya muchos años que un relevante financiero catalán –debía ser votante (infiel) de AP– me dijo que los populares nunca tendrían éxito en Catalunya. Aquí los partidos –desde CDC al PSC e incluso los comunistas– elegían a sus líderes en Catalunya y por eso tenían respaldo social y credibilidad. Por el contrario, los líderes de los populares catalanes eran designados a dedo por los jefes de Madrid e impuestos –gustaran o no– a los militantes. Como si se tratara de seleccionar a un virrey. Y como además los líderes de AP eran bastante volubles ante una realidad catalana que desconocían o conocían poco, los dirigentes de la entonces AP catalana actuaban más como delegados de la cúpula de Madrid, necesitados de no perder el favor de los jefes, que como políticos con la misión de sintonizar con Catalunya. 

Han pasado muchos años, pero la situación no ha cambiado. Los tres últimos líderes del PP catalán –Alicia Sánchez Camacho, Xavier Garcia Albiol y Alejandro Fernández– han sido entronizados por Madrid. Pero hasta ahora siempre se nombraba –incluso cuando se escogía a gente ajena al PP catalán– a personas con una vinculación clara con Catalunya. Fue el caso de Eduardo Bueno o de Josep Piqué, que fue hecho ministro por Aznar en 1996, luego candidato a la Generalitat y presidente del PPC y más tarde destituido por un decreto ley de Ángel Acebes con la bendición pasiva de Rajoy.

Próxima a Aznar y directiva de la FAES

El caso de Cayetana Álvarez de Toledo como primera de la lista por Barcelona rompe la tradición de escoger a alguien con arraigo en Catalunya ya que es una aristócrata e intelectual de la derecha-derecha (licenciada en Historia en Oxford), diputada por Madrid del PP en el 2008 y 2011, articulista de 'El Mundo' (recuerdo una reciente e interesante entrevista con Sarkozy), próxima a Aznar y directiva de la FAES. La conexión catalana se reduce a su matrimonio con Joaquín Güell (nieto de Eusebio Güell), con el que estuvo casada hasta hace poco.

Quizá el PP piensa que Álvarez de Toledo armará mucho ruido mediático y puede frenar las votos de voto hacia Vox y Cs en toda España

Al designar a Cayetana, el PP de Casado apuesta a que su banderín de enganche en las elecciones del 28-A no solo sea alguien ajeno a la vida catalana sino una nacionalista española. Dice que como ciudadana tiene derecho a presentarse por Barcelona. Evidente, pero los partidos acostumbran, con buen criterio, a buscar candidatos con alguna vinculación en la circunscripción (los famosos cuneros de la Restauración ya no están de moda). No hablar catalán, e incluso hacer cierta ostentación, no es un impedimento, pero muestra poca empatía con una tierra en la que el catalán es –también según el Estatut– la lengua propia. Casado dice que Messi no habla catalán y es la estrella del Barca... Pues bueno, vale. 

¿Por qué Casado elige a Cayetana? ¿Celos de Albert Rivera que tiene a Inés Arrimadas? La candidata de Cs vive y trabaja aquí desde hace años, habla perfectamente el catalán y ha sido candidata –sin éxito, pero con más votos que Puigdemont y Junqueras– a presidir la Generalitat. Se la puede acusar de todo… excepto de paracaidista. 

Además, Casado se declara discípulo de Aznar. Y cuando Aznar apostó por subir en Catalunya nombró candidato, en las legislativas del 96, a Josep María Trias de Bes, diputado de CiU durante tres legislaturas. Y luego para las autonómicas a Josep Piqué que había sido presidente del Cercle d’Economia y colaborador de Joan Hortalà y Macià Alavedra en la ‘conselleria’ de Economía. Aznar buscaba catalanistas moderados y su discípulo irrumpe con una intelectual españolista, brillante intelectual con tendencia a la demagogia antiautonomista. Casado hace todo lo contrario que Aznar que no dudó en enviar a Alejo Vidal-Quadras al exilio dorado del Parlamento Europeo.

Muy crítica con el Gobierno de Rajoy

Hay otra cosa sorprendente. Los partidos, para acreditar solvencia, acostumbran a pintar de rosa subido su pasada gestión en el Gobierno. Rajoy no es Churchill, pero tampoco es lógico presentar por Barcelona a alguien que en el 2015 escribió que renunciaba a seguir de diputada por Madrid porque el Gobierno había traicionado las esencias del PP y que luego ha mostrado –repetidas veces– sintonía con Cs. 

Quizá Casado –o Alejandro Fernández– piensen que es dudoso que Cayetana aporte muchos votos catalanes, pero que lo seguro es que tendrá muchos titulares en la prensa de Barcelona… y de Madrid. Ahí pueden acertar y este artículo lo demuestra. Pueden apostar a que Cayetana en Barcelona armará mucho ruido y se convierta en un muro de contención contra la fuga de votos a Vox o a Cs en el resto de España.