IDEAS

Ley de menguas

El escritor Jordi Llavina

El escritor Jordi Llavina / periodico

Jaume Subirana

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El presidente del Partido Popular habla últimamente del proyecto de una “ley de lenguas” que sería, de hecho, una ley contra las lenguas peninsulares distintas del castellano. Casado acepta que las “otras lenguas” sean un mérito, nunca un requisito. El requisito (la obligación) se reserva a la que según Juan Carlos I “nunca fue lengua de imposición, sino de encuentro”, como bien saben los millones de hablantes de guaraní, quechua o maya que salieron alborozados al encuentro de los no colonizadores españoles de América.

A raíz del proyecto de ley, quizás valga la pena apuntar algunos hechos. El primero, que se calcula que en Catalunya se hablan hoy 280 lenguas (lo explican bien en paisdeparaula.cat), y que más del 10% de catalanes no tienen ni el catalán ni el castellano como primera lengua. También que cerca de la mitad de la población española (un porcentaje mayor entre los inmigrantes) hablamos otras lenguas, además del castellano. A esta gran minoría, la “igualdad de oportunidades” nos gustaría que se aplicara a nuestras otras lenguas. Y que llegara más allá del territorio regional: ¿por qué un funcionario de Guadalajara desplazado a Maó o a Alcoi tiene unos derechos lingüísticos que se niegan a los alcoyanos y a las mahonesas? Finalmente, a los catalanoparlantes bilingües nos cuesta un poco entender que los supuestos defensores del bilingüismo presenten una candidata a diputada por Barcelona que luce como mérito el hecho de no hablar catalán. ¿Qué ocurriría si hiciera lo mismo en París o en Buenos Aires? ¿No será que hay lenguas (y, con ello, ciudadanos) de primera y de segunda?

El 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía. Para sumarse a él, el PEN Català ha convocado este miércoles un acto en la librería La Impossible, en Barcelona, con Fernando Beltrán, Alicia Fernández, Jordi Llavina y Berta Piñán leyendo en castellano, gallego, catalán y asturiano. Aquí sí, en igualdad de oportunidades. El mundo de lenguas y ciudadanos iguales existe. Está en la sociedad real, y es el reverso de los discursos sobre el tema de PP o Ciudadanos.