La hoguera

Casado robó un bebé

Los partidos políticos están histéricos y acojonados ante el aluvión de noticias infamantes y deformaciones que se nos viene encima cara a las elecciones

Pablo Casado, en rueda de prensa tras conocerse el adelanto electoral

Pablo Casado, en rueda de prensa tras conocerse el adelanto electoral / periodico

Juan Soto Ivars

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Primero dijeron que Casado quiere arrebatar los hijos a las inmigrantes irregulares a cambio de retrasar su expulsión. Ada Colau y otros políticos tuitearon palabras escandalosas y los 'memes' de El cuento de la criada se dispararon. Después, matices: Casado ofrecía a las irregulares no ser expulsadas durante el embarazo o el proceso de entrega del bebé en adopción. Según el PP, “muchos” niños acaban en el contenedor por miedo de las madres sin papeles. ¿Dónde está la bolita? ¿En un lado? ¿En ambos? ¿En uno más que en otro?

Newtral, creado como herramienta de verificación ante las noticias falsas, había propagado la primera noticia, que establecía una relación de intencionalidad (si entregas al niño, te quedas hasta que des a luz) que el PP niega tajantemente. Puede ser un análisis agudo, pero no deja de sonar a tribuna de opinión. Los párrafos de la propuesta a los que se hace referencia no se han hecho públicos mientras escribo. Newtral, aun en el caso de que acierte, habría fallado entonces en su misión. Faltan datos. Hablamos de versiones. De interpretaciones.

Es un ejemplo claro del motivo por el que, en los despachos, los partidos políticos están histéricos y acojonados ante el aluvión de noticias infamantes y deformaciones que se nos viene encima de cara a las elecciones. Facebook se reunió en secreto con casi todos pero, según contaba 'El Confidencial', el coloso tecnológico no ofreció respuestas ni recetas. Es fácil entender por qué: un gramo de nata no salva un kilo de estiércol, pero un gramo de estiércol estropea un kilo de nata. Las calumnias son fáciles de propagar y, por el momento, imposibles de combatir. Ni Facebook, ni Google, ni los partidos tienen la voluntad de combatir la paparrucha. Las redes sacan tajada del odio y la mentira. Cada partido político ve mentiras en lo que ataca a su reputación y verdades cuando se trata de hundir al adversario. Los medios, divididos.

¿Qué podemos hacer? Si algo tan sencillo y específico como una propuesta concreta se vuelve tan confuso, que el diablo nos pille confesados. Eso sí, nuestra confesión no se la va a creer nadie.