LA CLAVE

Sálvese quien pueda

El dilema de Trapero en el juicio del Supremo: guardar silencio o ser testigo de cargo contra los acusados, mutando de héroe a traidor a ojos del independentismo

Trapero y Forn, durante una rueda de prensa tras los atentados del pasado 17 de agosto.

Trapero y Forn, durante una rueda de prensa tras los atentados del pasado 17 de agosto. / periodico

ENRIC HERNÀNDEZ

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Cambio de rasante en el juicio del 'procés'. Tras sus titubeantes inicios, la fiscalía ha empezado a apuntalar su relato sobre los labrados testimonios de la secretaria judicial del 20-S, el coordinador del operativo policial del 1-O y los jefes de la Guardia Civil y la Policía en Catalunya. Todos los declarantes se atuvieron al guion previsto salvo el comisario de los Mossos Manuel Castellví, el primer funcionario de la Generalitat que corrobora, en todo o en parte, las acusaciones contra los procesados.

Confesó Castellví que el plan diseñado por los Mossos era "insuficiente" para abortar el referéndum prohibido por el Constitucionalreferéndum prohibido por el Constitucional. Relató la reunión en la que él y el resto de la cúpula policial afearon a Carles Puigdemont, Oriol Junqueras Quim Forn que llamaran a los catalanes a las urnas como si el 1-O se celebrasen unas elecciones legales. Y culpó a los líderes independentistas de haber hecho caso omiso de sus advertencias sobre el riesgo de desencadenar un "escenario de violencia".  

El comisario, visiblemente nervioso, reconoció haber salido "frustrado" de aquel encuentro, consciente del grave conflicto que se avecinaba. Los guardianes de la fe independentista y la jauría digital no tardaron en dictar su pública lapidación. 

Este testimonio pone el foco en la declaración de Josep Lluís Trapero, citado el próximo jueves en el Tribunal Supremo. Salvo que se acoja a su derecho a guardar silencio, el exmayor de los Mossos se convertirá en testigo de cargo contra los procesados si ratifica, como ya declaró en la Audiencia Nacional, que el Govern siguió adelante con el 1-O a sabiendas de los riesgos que comportaba para la ciudadanía. ¿Se convertirá el héroe de 17-A en el nuevo traidor a la causa independentista o desautorizará a su subordinado y a sí mismo?

PERÍFRASIS EXCULPATORIAS

Como sucedió con los letrados del Parlament, el desfile de funcionarios en el juicio del Supremo ha empezado a desarbolar las perífrasis exculpatorias de algunos acusados. Impera entre los servidores públicos el principio del sálvese quien pueda. Ningún reproche cabe hacerles por ello. Y mucho menos desde Waterloo.