el cierre

El dibujo no es el estilo

El Ajax se exhibió en Madrid siendo fiel a su idea histórica pero usando un sistema diferente al clásico 4-3-3

De Jong durante una acción en el Bernabéu.

De Jong durante una acción en el Bernabéu. / periodico

Axel Torres

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ganó el Ajax en el Bernabéu y leímos grandes elogios a su fidelidad a la tradición histórica de no renunciar jamás a una idea de juego tan arraigada que ya forma parte de su propia esencia como club. Convendría, sin embargo, no confundir la manera de jugar con el sistema táctico. Los neerlandes se exhibieron en el Bernabéu ejecutando los conceptos de su glorioso pasado (la presión alta, el dinamismo de sus atacantes, la excelencia técnica como premisa fundamental para ganarse un puesto en el once, la circulación de balón a ras de suelo incluso en zonas de riesgo y la presencia de futbolistas cuya área de actuación no puede acotarse porque se mueven por todo el campo), pero no es verdad que jugaran con el 4-3-3 de toda la vida.

Su sistema se pareció mucho más a un 4-2-3-1: De Jong actuó en paralelo con Schöne, mientras que Van de Beek siempre estaba por delante e incluso se ubicaba a la altura de Tadic en fase defensiva. Es importante matizarlo porque a veces da la sensación de que el dibujo es lo que determina el atrevimiento y el buen gusto, y no es así. Se escucha a veces que jugar con un doble pivote es algo parecido a un sacrilegio, pero el Ajax del martes es la mejor demostración de que, en realidad, lo que expresa tu intención de juego es aquello que quieres hacer con la pelota y la manera y el lugar desde los que quieres defender.

Ahora en el Madrid todo es tormenta, y es natural que así sea. Los tres meses que quedan hasta el final de la temporada pueden ser incluso más duros de lo que parece: hay que abrir el estadio cada 15 días y aguantar la pereza y el sopor que le producirá a una hinchada acostumbrada a festejar la Champions League que el único objetivo real de los largos 90 minutos que dura un partido sea conservar una tercera o una cuarta plaza. No extraña, por lo tanto, que la directiva blanca pretenda sacudir el ambiente de algún modo: no reaccionar en absoluto y eternizar una situación que se sabe agotada ahondaría en la depresión.

Y, sin embargo, todo pudo ser muy distinto. Ahora cuesta recordarlo por el impacto que ha causado todo lo que vino después, pero el conjunto de Solari no salió mal ante el Ajax. Sus primeros minutos tuvieron más ritmo y fluidez que todo el partido de ida e incluso Varane dispuso de dos ocasiones -una de ella, clarísima- que probablemente habrían cambiado el curso del encuentro. No es lo mismo ir a remolque que disponer de un colchón amplio desde el principio. No es lo mismo tener que remontar una eliminatoria desde la mente limpia del 0-0 que después de recibir el primer golpe nada más empezar. Los centímetros que separaron el cabezazo del central francés del gol marcan también la frontera entre el Madrid apocalíptico y el Ajax pletórico. Un margen tan estrecho y tan gigantesco a la vez.

Por cierto: el Ajax no estaba en el listado de 16 equipos que se filtró en una supuesta propuesta de Superliga Europea. Ni el Oporto. Ni el Tottenham. A ver si va a resultar más justo dejar que el propio fútbol determine quién merece jugarse los títulos…