Opinión | EL ARTÍCULO Y LA ARTÍCULA

Juan Carlos Ortega

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El gran corrector

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Si yo escribo en mi ordenador 'Plamplona', inmediatamente el corrector lo borra y aparece 'Pamplona'. Si tecleo: 'Me se ha ocurrido una idea', el software lo cambia de manera inmediata y en la pantalla podemos leer la forma correcta de escribirlo: 'Se me ha ocurrido una idea'.

Esta capacidad de los ordenadores para detectar errores y mostrarnos la verdad gramatical y ortográfica debería extenderse a otros tipos de verdades, menos pedestres y más universales. Desde aquí pido a los programadores del próximo procesador de textos que incluyan una inteligencia artificial capaz de saber si aquello que escribimos es verdadero o falso.

Por ejemplo, si me da por escribir 'La Tierra es plana', las dos últimas palabras deberían borrarse para ser sustituidas por 'es una esfera'. Y lo mismo con cualquier verdad que ya haya sido firmemente contrastada. Así, al teclear, pogamos por caso, 'Pàmies cura el cáncer', el moderno corrector de mentiras escribiría en su lugar 'Pàmies no cura nada de nada'.

¿Se lo imaginan? Una verdad universal conocida por las máquinas, pero tan solo con hechos confirmados. Las verdades subjetivas seguirían quedando en tierra de nadie. Al escribir, qué les diría yo, la frase 'El amor es importante', la máquina haría la vista gorda, porque no hay experimentos al respecto para confirmar o negar lo escrito, y dejaría la frase tal cual tú la has puesto, sin variar una coma. O incluso con asuntos más arriesgados como 'Dios existe', el corrector haría como si no lo hubiese leído y te lo daría por válido. Solamente haría sonar la señal de alarma ante los embustes indiscutibles, los que han sido plenamente consensuados.

Esta nueva inteligencia artificial incluida en nuestros ordenadores nos evitaría tener que leer en internet textos repletos de mentiras fundamentales. El nuevo corrector que propongo sería la solución a muchos males.

¿No les gustaría que eso ya existiera? ¿No tienen ganas de teclear algo para saber si es o no cierto? Por ejemplo, yo me muero de ganas de escribir en ese ordenador del futuro: 'No hubo violencia en el 'procés', para ver si lo deja cómo está, o me lo subraya en rojo para después sustituirlo por: 'Hubo mucha violencia en el 'procés'.

Los errores ortográficos hay que corregirlos, claro está, pero sin duda son más importantes los otros. De hecho, hay ocasiones en las que no se necesitaría ningún relator, sino un buen corrector, como el que hoy humildemente les he propuesto.