Una utopía

Por un Ministerio del Diseño

La petición en change.org no ha despertado precisamente entusiasmo; el diseño sigue viéndose como algo elitista cuando puede ser un instrumento de transformación

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jose38372010 onbarcelona exposicion david bowie edificio disseny hub barc170605123336 / LOURDES JANSANA

Juli Capella

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De momento no lo tiene ningún país. Pero es probable que lo acaben teniendo todos. Esta semana, dentro del flamante Madrid Festival Design, se celebró un acto reclamándolo oficialmente. Para ello se reunieron una docena de personalidades -casi ningún diseñador- reivindicando la importancia clave del diseño para el desarrollo del país, ante representantes de la Administración. En Change.org se puede hacer la petición del nuevo ministerio. Pero de momento no llega a las 400 firmas.

¿Un fracaso? Está claro que es una petición un poco marciana, pero sobre todo, sucede que el diseño no goza de gran estima ciudadana. Se sigue percibiendo como algo elitista, caro y superfluo. Que a veces lo es, pero también todo lo contrario. Exagerando un poco, podríamos decir que todo cuanto nos rodea -excepto un árbol- está diseñado. Una silla, un tren, una revista, no caen de un árbol. Es cierto que ese mismo diseño está llevando al planeta a la hipertrofia consumista y el colapso. Pero solamente el propio diseño, utilizado de una forma positiva, consciente, y ética, puede sacarnos del atolladero. Exagerando un poco más, podríamos afirmar que el diseño salvará el mundo. Por tanto, que los gobiernos le dediquen un ministerio seria lo mínimo.

Los gobiernos de derechas ya han usado el diseño en su interés, promocionándolo desde el punto de vista crematístico. Les gusta llamarlo valor añadido, es decir postizo, cuando es algo intrínseco. Los gobiernos de izquierda, llenos de prejuicios, lo rechazan por esteticista, sin darse cuenta que es un arma de progreso social. Existe un diseño participativo, inclusivo, que espera un capote para girar la balanza. Algunos países serios como Canadá, Inglaterra u Holanda, ya están por la labor. Sottsass ya lo intuyó en los 80: “Dando vueltas por el mundo, se empieza a notar que el diseño no es solo un sistema de especulación para proyectar productos, si no un modo de especular sobre la existencia. Se están preparando nuevas metáforas y nuevas utopías”. Amén.

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