Pequeño observatorio

La pequeña Olga nos ayudaba a crecer

Yo sé lo que tú eras, y ninguna palabra-etiqueta, ni ningún diagnóstico que os quieran 'explicar' a ti y a todos tus compañeros llegará a descubrirlo

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Josep Maria Espinàs

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Ya hace unos días que ha muerto nuestra hija Olga. ha muerto nuestra hija OlgaEstamos muy tristes. No es ningún consuelo que haya vivido muchos años. Más de 60.

Procuraré que el sentimiento de dolor no se apodere de esta página. Es un sentimiento profundo que ha sido compartido por parientes y amigos. El doctor Renau, pediatra y hombre de bien, nos dijo hace muchos años que Olga no tendría mucha capacidad para estudiar. Y así fuimos descubriendo la realidad. Sin un choque anímico. Sí, eran otros tiempos.

Has ido creciendo, Olga. Y sabías que yo a veces cantaba, y a veces publicaba artículos en los periódicos. Y con el paso de los días conseguimos que desapareciera la palabra 'subnormal' y, por supuesto, 'mongólica'.

Yo sé lo que tú eras, y ninguna palabra-etiqueta, ni ningún diagnóstico que os quieran “explicar” a ti y a todos tus compañeros llegará a descubrirlo. Tú también lo sabías, y cuando llamabas a la puerta del despacho donde me encierro a escribir, para avisarme de que la cena ya estaba en la mesa, lo decías muy claro: "Soy yo, Olga".

He tenido que pensar cuál era tu lugar en nuestra vida, nunca una figura satèlite. Hay gente que tiene un “yo” inflamado y enfermizo. Tú no lo sabías, pero cada vez que te me acercabas y me decías: "Soy yo" pienso que ponías en orden todas las cosas de este mundo.

He buscado en los libros, que siempre hablan, tanto en las alegrías como en las tristezas. Abriendo libros y enciclopedias estoy seguro de que encontraría muchas frases sobre la muerte. Pero me parece que ahora mismo no me gustaría ninguna. 

Hay momentos de palabras y momentos de silencios. Y el momento de cantar una canción de cuna norteamericana: "Hace calor y la vida es fácil, el pez salta y crece el algodón. No llores, hijo mío: tu padre y tu madre están a tu lado”.