La experiencia de SOS Racisme

¿De qué se debería hablar cuando se habla de venta ambulante?

Las cuestiones básicas que tendrían que abordarse son la criminalización del 'top manta', el uso del espacio público, la competencia desleal, el racismo y los abusos policiales

Puestos de manteros en la zona de Plaza Catalunya

Puestos de manteros en la zona de Plaza Catalunya / periodico

Alba Cuevas

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La venta ambulante no autorizada es una parte de la realidad de muchas ciudades y pueblos que toma mayor o menor relevancia mediática según intereses, mayoritariamente políticos y económicos, y algunas veces ante vulneraciones de derechos humanos suficientemente abusivas como para que ocupen titulares en los medios de comunicación.

Hablar de venta ambulante debería significar hacerlo de manera integral, teniendo en cuenta los distintos elementos que intervienen. Lamentablemente, se explica de forma superficial y facilitando la generación de prejuicios. ¿De qué se debería hablar? Desde la experiencia de SOS Racisme en la denuncia de abusos y discriminaciones que sufren reiteradamente las personas que se dedican a ello, pensamos que sobre las siguientes cuestiones.

Elementos que intervienen

La criminalización del 'top manta', así es como justifica el sistema la represión y como criminaliza la pobreza. Muchas de las personas que se dedican 'a la manta' lo hacen porque no tienen más opciones: las dificultades que pone la ley de extranjería para la regularización y para acceder a un trabajo (¿quién puede lograr un contrato de un año a 40 horas?). O la discriminación racista en el acceso a un trabajo digno o a un trabajo, sin más, lo ejemplifican.

El uso del espacio públicouso del espacio público, un bien preciado y defendido a ultranza cuando se trata de una actividad que no responde a la imagen de la Barcelona que, en este caso, se quiere proyectar al mundo. ¿Quizá porque no queda bien que en las calles más comerciales y famosas haya negros que venden sobre una manta?

Relacionado con el espacio público, no puedo dejar de hablar del turismo, sobre todo frente aquellos argumentos que se utilizan para justificar la represión a manteros y manteras: ¿apropiación o uso intensivo de la calle? Muchos de los barrios agotados por la masificación turística del 'modelo Barcelona' tendrían otra visión de estos conceptos. Creo que de lo que se debería hablar es sobre a quién se le da legitimidad para utilizar o pensar cómo quiere usar el espacio público que, en definitiva, es de la ciudadanía, ¿no?

Intromisión y competencia desleal. ¿A quién? ¿Al pequeño comercio? ¿Es la venta ambulante o la liberalización de los horarios y la competencia de los grandes centros comerciales? ¿Es el 'top manta' o el modelo de comercio que se impone a marchas forzadas? ¿Las grandes marcas? Hace unas semanas, en el juicio de un caso asumido por nuestra asociación, una de las acusaciones, ejercida por una gran marca, explicaba que el agravio que sufrían era que la venta ambulante desprestigiaba su marca.

Y, obviamente, debemos hablar de racismo. Por cómo se construye la imagen del colectivo que se dedica a la venta: estigmatización y, de nuevo, criminalización del poder institucional, económico y mediático. Por la causa que provoca que el 'top manta' se convierta en la única opción: la ley de extranjería. Y, sobre todo, tenemos que hablar de racismo en relación a los abusos y discriminaciones de la policía hacia las personas que venden en la calle sin autorización, que suponen alrededor del 15% del total de las denuncias que asumimos.