La camiseta de los Specials

Cuando tu  madre te decía: ponte calzoncillos decentes porque imagínate que tienes un accidente y acabas en el hospital, no te estaba preparando para esa noche, sino para la vida. Para lo peor. "Capitán, ¡pero si el barco se está hundiendo!", dice el grumete en aquel relato de Kipling. Y el capitán contesta: "Ya, pero esa no es razón para ir a medio afeitar".

 Más adelante, todos hemos aplicado el consejo cambiando la ropa interior por nuestra camiseta favorita. Cuando hemos salido de noche. Cuando hemos tenido una cita. Y, podríamos añadir: cuando hemos presentido que podríamos acabar en medio de una manifestación de fascistas. En todas estas situaciones, como en el Bingo, uno sabe cómo entra, pero no cómo sale (ni quién va a ver su camiseta o su ropa interior).

¿Puede una camiseta salvarte la vida? La joven inglesa Saffiyah Khan quizás lo pensó ese 8 de abril de 2017 cuando se vistió para enfrentarse a la manifestación delante de una biblioteca de Birmingham convocada por la racista English Defence League. Cuando llegó vio a varios cenutrios acorralando a otra joven musulmana. Se plantó delante de uno de los más hiperventilados. Su sonrisa desafiante se impuso a los insultos del tipo. Alguien tiró una fotografía, que se volvió viral. Ella llevaba una camiseta de The Specials y el grupo no dudó poco después en darle entradas gratis para uno de sus conciertos.

The Specials, entre el 79 y el 83, reivindicaron la música jamaicana como ritmo lúdico, elegante e inclusivo, se rebelaron contra la Gran Bretaña fantasma de la era Thatcher y espolearon la discográfica 2 Tone (Dos tonos, como los negros y blancos que componían la banda, teclas de los dos colores en un mismo piano). Cuando hace poco decidieron sacar disco nuevo después de muchísimo tiempo, pensaron en aquella joven de la foto y le encargaron una versión de un tema del 65 de Prince Buster. Su letra había envejecido mal (trataba sobre diez mandamientos de un hombre demasiado enamorado y controlador), así que le pidieron a Khan que la reescribiera y ella habló de no dejarse aconsejar por ningún hombre (ni por Buster), no permitir que te llamen feminazi, no aguantar a pseudointelectuales de internet, no admitir que te digan que te lo has buscado por llevar una falda demasiado corta. Hace unos días, la cantó en directo con la banda. Salió tan bien que ahora se irá con ellos de gira mundial.

Khan ha explicado que, antes de la foto legendaria, no tenía estudios ni empleo. Solo tenía la dignidad de su sonrisa. Y una camiseta. Una camiseta de un grupo. La camiseta de un grupo siempre es más que una camiseta y que un grupo. Lo intuía tu madre. Lo sabías tú cuando te ponías tu favorita. La camiseta de tu grupo siempre ha sido la promesa de justicia poética en un mundo que apesta y da miedo.