Presión política

Ya está aquí la ansiedad

Ya se ve que el conflicto en torno al 'procés' tiene mal final y que un día u otro la olla a presión explotará. Son las leyes de la física

Los líderes independentistas acusados por el 'procés', en el Tribunal Supremo

Los líderes independentistas acusados por el 'procés', en el Tribunal Supremo / POOL / EMILIO NARANJO

Jordi Puntí

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¿La sienten, la notan? Ya está aquí de nuevo. Es esa ansiedad que nos acompañó durante más de un año, ese desasosiego que nos atenazaba y dirigía las conversaciones siempre hacia el mismo tema, el nerviosismo que dictaba todo lo que hacíamos y nos volvía irascibles con la pareja, con los hijos, con la pescadera. Ya está aquí la angustia que nos hace mirar cada cinco minutos el móvil, que nos inunda el WhatsApp de mensajes y que ahora, además, nos sirven en directoen directo. Poco a poco habíamos conseguido rebajarla, esa ansiedad, con fármacos o sin ellos, tomando incluso un poco distancia, pero ahora ha vuelto la presión política para instalarnos de nuevo en la órbita kafkiana, la mala leche cósmica, la impotencia. Incluso volveremos a oír a los bien intencionados que dicen: "Qué desastre, qué mal todo", y a continuación mojan la magdalena en el café con leche.

Oh, sí, los políticos -esos incompetentes, yonquis de la empatía, campeones de la mediocridad- saben muy bien cómo hacerlo. Unos días antes del juicio más importante desde del fin del franquismo (porque la muerte de Franco no provocó ningún juicio por rebelión y sedición), no se les ocurre otra cosa que jugar con las palabras -relator, mediador, felón, alta traición-, vaciarlas de sentido y, de paso, montar manifestaciones para añadir más presión a la olla. A eso lo llamo desescalar la tensión, sí señor, y si de paso nos olvidamos de lo que debería ser la noticia política del momento (que, según la Guardia Civil, Mariano Rajoy ganó las elecciones del 2011 con facturas falsas) pues matamos dos pájaros metafóricos de un tiro, ¿verdad?

Toda la presión para la ciudadanía, venga, dicen los políticos en activo, sean del color que sean. Serán una ansiedad y una angustia y un desasosiego que viviremos todos, pero que estarán mal repartidos. Porque unos estarán fuera, mirando hacia el interior, expectantes, y los otros estarán dentro de la olla a presión. Unos provocarán y comerán palomitas, y los otros aguantarán estoicamente, pacíficamente. Ya se ve que esto tiene mal final y que un día u otro la olla a presión explotará. Son las leyes de la física.