Dos miradas

La tragedia

En vez del pacto, la racionalidad y el bienestar de las personas, se ha escogido la tragedia. Como si Catalunya, una región privilegiada de Europa, estuviera abocada a un destino infausto

Pedro Sánchez pasa junto a los escaños de ERC en el Congreso

Pedro Sánchez pasa junto a los escaños de ERC en el Congreso / periodico

Emma Riverola

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Aquel otoño del 2017 los hechos adquirieron tintes de tragedia griega. Los personajes parecían incapaces de librarse de un destino maldito. Se declaró la independencia más triste de la historia. Los rostros delataban un cansancio infinito y quizá ya se preparaban para lo que vendría. Y llegó una prisión preventiva muy difícil de entender y un juicio que no solo delata el fracaso previo de la política, sino el naufragio del sentido común y de la comprensión del mundo como un lugar diverso. Es el triunfo de los liderazgos del 'ordeno y mando', del desprecio al diálogo entendido como una debilidad. La mitad de Catalunya se cree despreciada y la otra mitad no es un todo. Son muchos los que se sienten sin lugar en esa Catalunya sectaria de Torra, pero también en esa parte de España que pretende atajar incluso la posibilidad de un indulto. Hay ánimo de victoria y de humillación del adversario.

Y en el horizonte ya se vislumbran las elecciones. También la posibilidad de un retorno de la derecha. Esta vez multiplicada y con ganas de escarmiento. En Catalunya son demasiados los que se creen llamados por un designio superior. En vez del pacto, la racionalidad y el bienestar de las personas, se ha escogido la tragedia. Como si Catalunya, una región privilegiada de Europa, estuviera abocada a un destino infausto. Habrá quien no se conformará con lamentarse.  Y ya tendremos la historia que la humanidad lleva reescribiendo durante siglos.