Navegación estelar

En el bar donde a menudo desayuno hay un televisor. No tienen criterio propio a la hora de sintonizar un canal. No hay política de empresa, para entendernos. Puedes chocar contra un programa de cotilleo, una tertulia de actualidad o un reportaje sobre los tentáculos de los pulpos. Si lo pides, no tienen inconveniente en satisfacer la demanda. Les da lo mismo. Sospecho que se trata de mantener el televisor encendido durante todo el día, sin voz (o con el volumen muy muy bajo), con la idea que es mejor aquella presencia totémica que la música ambiental, que también está ahí. Es decir, una mezcla de estímulos. Será por este motivo que las cadenas de televisión hacen pasar titulares por la parte inferior de la pantalla o destacan determinadas noticias. Porque calculan que hay muchos bares con televisores mudos y con música ambiental.

El primer día del Juicio Juicio (tendremos que llamarlo así, con mayúscula), el Juicio ha sido la estrella de la mañana. Y sospecho que también de la tarde. Solo se ha dado un caso similar, en toda la historia del bar. Cuando había partidos del Mundial. Los próximos meses viviremos en una estación espacial, lejos del planeta tierra, en una atmósfera controlada, y con circunvalaciones continuas sobre el eje de la rebelión. Una revolución, que es como, antes de las revoluciones, se conocía el movimiento de los astros. En este bar que les digo ya han iniciado el despegue hacia la navegación estelar. Y en unos cuantos más, por supuesto.