El conflicto catalán

Doble desprecio

Los independentistas se guardan de decir que el vídeo de España Global es para contrarrestar las denuncias constantes contra el Estado

this-is-the-real-spain-2a-parte-1

Vídeo 'This is real Spain' elaborado por España Global. / periodico

José A. Sorolla

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los independentistas han reaccionado de dos maneras al vídeo difundido por España Global en el que distintas personalidades, desde Ana Botín a Isabel Coixet, reivindican la calidad de la democracia española. En primer lugar, con los tuits de Carles Puigdemont a la cabeza, han acusado al Ministerio de Asuntos Exteriores y a su 'bicha' Josep Borrell de gastarse el dinero de todos los españoles en un vídeo partidista, sin reparar en que todos los gobiernos del 'procés', y especialmente el del “exiliado de Waterloo” y el de su sucesor, llevan siete años haciendo lo mismo que ahora critican, y no solo con vídeos promocionales, sino con otros muchos medios.

En segundo lugar, opinadores 'indepes' y asimilados han puesto de relieve que el contenido del vídeo demuestra las inseguridades del Estado español, ya que no hay ningún país europeo -ni Francia, ni Alemania, ni Italia, por ejemplo- que tenga la necesidad de explicar al mundo que sus naciones son democráticas y protegen las libertades. Se guardan de decir, de todas formas, que si España tiene que hacer un vídeo como el de España Global es para contrarrestar las denuncias constantes que desde el independentismo político y mediático se lanzan contra “el Estado”: que si es un Estado autoritario, que si la calidad de la democracia española es muy baja -en contra de lo que miden todos los ránkings-, que si el “régimen del 78” no se ha sacudido los restos del franquismo, que si el fascismo campa a sus anchas en Catalunya sin que España lo frene, etcétera.

Cuando a la parte acusada de todos los males se le ocurre entonces reaccionar, los mismos que han acusado a la democracia española le reprochan que se defienda porque eso demuestra su inseguridad y confirma sus debilidades. Con lo cual se produce un doble desprecio. Desde la superioridad moral, primero se desprecia al censurar defectos que muchas veces están solo en la imaginación de los denunciantes y después se desprecia que los agredidos se defiendan. Círculo cerrado.