Campaña gubernamental

La España real no existe

El vídeo a la defensiva de España Global esconde unos complejos arraigados, históricos, que salen de la incapacidad de repensar el Estado

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Vídeo 'This is real Spain' elaborado por España Global. / periodico

Jordi Puntí

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He vivido en el extranjero y tengo una idea clara de cómo es la televisión en varios países. Leo periódicos internacionales y sigo diversas revistas culturales por internet. Nunca he encontrado un publirreportaje o un anuncio en el que un Estado —un Gobierno— haga propaganda de ser un país libre. Paisajes paradisíacos, mesas llenas de comida o monumentos emblemáticos, tantos como quiera, pero una campaña reivindicando la libertad de los ciudadanos, nunca. Por eso es tan chocante que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Josep Borrell haya producido un vídeo sobre “the real Spain”, que en el fondo es una respuesta acomplejada ante la imagen que da en el mundo la justicia española.

El vídeo lo ha producido España Global, el ente que con el PP se llamaba Marca España, y aparecen varias personalidades —el cocinero José Andrés, la cineasta Isabel Coixet— que hablan de la madurez democrática y de las virtudes sociales de España. La bióloga María Blasco, por ejemplo, dice que “hablamos varias lenguas, tenemos diversas culturas” (aunque luego, cuando vas a la web de España Global, solo está en español o inglés, incluso si pulsas la opción de catalán, vasco o gallego). En plena Transición, estas declaraciones tendrían todo el sentido, pero hoy son tan obvias que, al airearlas así, te hacen sospechar. El meollo del vídeo es una voz en off que recuerda que, según el índice de Freedom House, España es un país libre “con una puntuación de 94 sobre 100”. Freedom House es una oenegé de prestigio, al igual que Human Rights Watch o Amnistía Internacional, que nos matizarían los seis puntos que faltan por ser un país cien por cien libre.

El vídeo a la defensiva esconde unos complejos arraigados, históricos, que salen de la incapacidad de repensar el Estado y, como reacción a esa parálisis, un ensañamiento de los que tienen el poder judicial y militar que les ayuda a recuperar su autoestima. Quizás les iría mejor si aceptaran que la España real que ellos defienden no existe, porque nada es uniforme en la vida tridimensional de cualquier país. 'Excusatio non petita', etcétera.