Dos miradas

Observaremos, pues

Viviremos en la Sala Segunda, y como ha dicho Carlos Lesmes, el presidente del Supremo, "el juicio supondrá un reto para la calidad del sistema judicial, el Estado de derecho y la democracia española"

Los presos independentistas son trasladados a Madrid

Los presos independentistas son trasladados a Madrid. / periodico

Josep Maria Fonalleras

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Viviremos unos días, unos meses, en la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Lo veremos por televisión porque ya se sabe, como ha afirmado el propio TS, que es mucho mejor seguir el juicio a distancia con la idea que "todo ciudadano pueda convertirse en observador nacional o internacional". Observaremos, pues. Y ya hemos observado, por ejemplo, que el Síndic de Greuges de Catalunya o varios Nobel de la Paz, o relatores de las Naciones Unidas, o intelectuales como Noam Chomsky, no podrán declarar porque su valoración de los hechos es "personal" y "prescindible". Personales lo serán todas, y prescindibles... bien, también es una valoración personal de los miembros del Tribunal pensar que personalidades como estas son prescindibles.

Viviremos en la Sala Segunda, pues, y como ha dicho Carlos Lesmes, el presidente del TS, "el juicio supondrá un reto para la calidad del sistema judicial, el Estado de derecho y la democracia española". Los jueces que juzgarán a los rebeldes saben que el Estado también será juzgado por este invento de la rebelión y que, en la situación más extrema que habrá vivido nunca la democracia española (nunca: no es un ataque del exterior antidemocrático sino un tumor interno), se trata de dilucidar si una idea te puede encarcelar 25 años en una prisión. Casado y unos cuantos más ya han decidido por su cuenta el final de la historia. Observaremos atentamente a ver si ha hecho un 'spoiler' de la serie con más audiencia de la historia.