Ni teatro ni cine, sino todo lo contrario

Netflix es la nueva palabra que se ha incorporado, de manera habitual, en muchas conversaciones. Hace apenas unos meses, un amigo mío era incapaz de pronunciarla. En su lugar, decía: "El Chiflics ese de la tele. La cosa esa de las series". Ahora suelta Netflix a diestro y siniestro, como lo haría un experto ejecutivo de Silicon Valley. Desde que Movistar+, además, la incorporó a su oferta, ha entrado a mogollón en más hogares que nunca. Netflix, hoy en día, se dice, se oye, se escribe, se teclea, se piensa, se bendice y maldice muchas veces al día.

Su irrupción en el <strong>mercado</strong> como productora de cine ha levantado ampollas. Hay quien no admite que sea cine aquello que no se disfruta en pantalla grande. Para algunos, <strong><em>Roma</em></strong>, de <strong>Alfonso Cuarón</strong> no es más que una TV movie. Obra maestra, pero TV movie. Netflix ha rectificado en lo que era su idea inicial de ofrecer esta película -y las que vendrán- solo on line  y, enfrentándose al boicot de muchos exhibidores que se niegan a proyectarla (un enfrentamiento, por cierto, que tiene bastante en común con el que sostienen ahora mismo taxistas y plataformas VTC), la ha estrenado también en algunas -pocas, muy pocas- salas de cine. Es muy posible, sin embargo, que el próximo 24 de febrero, en la noche de los Oscar, Netflix entre, precisamente de la mano de Roma y Cuarón, por la puerta grande del cine y obtenga la fuerza y el respaldo suficiente para cambiar las acutales reglas de juego.

Netflix ha puesto ahora sus ojos en el teatro. Vista la excelente acogida (una audiencia global de ocho millones, en aumento cada año) que tienen las representaciones teatrales que se exhiben en vivo y en directo en cines de todo el mundo, acaba de anunciar que rodará American Son, un gran éxito del Broadway de ahora mismo. Dice Netflix que su intención es crear un género nuevo, híbrido de cine y teatro, para que los aficionados puedan disfrutarlo en su propia casa, sin necesidad de lo que a menudo son imposibles, si no costosos, desplazamientos.

Aficionados irrefrenables, quedamos, ilusionados, a la espera.