Estrategia independentista

El juicio y la cartografía

La Crida tiene vocación de hacer historia; es un instrumento para un momento excepcional, que desaparecerá logrado su objetivo. El PDECat debe continuar, me dice Rull

Josep Rull a su llegada al Supremo, el 23 de marzo del pasado año.

Josep Rull a su llegada al Supremo, el 23 de marzo del pasado año. / periodico

Sílvia Cóppulo

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Tras los cristales, en la cárcel, he escuchado a los líderes independentistas hablar claro; reflexionan sin el politiqueo diario y el altavoz ensordecedor de las redes. Se saben fuera de la primera línea ejecutiva política. Lo mínimo, una inhabilitación. Aquí va una instantánea: No sabíamos qué había tras el muro, me descubría hace unos días el otrora 'conseller' de Territori i Mobilitat Josep Rull. El 1-O y el 27 sirvieron para trazar la cartografía. Nunca habíamos imaginado tamaña represión por parte del Estado. Creíamos también que Europa nos ayudaría, aunque la sorpresa ha sido la reacción de los tribunales de países tan democráticos como Alemania, Bélgica, Escocia o Suiza. Nos falta la <strong>sentencia</strong>. Fundamental para que otros líderes independentistas tracen la nueva estrategia. Ha sido positivo; tenemos la cartografía, afirmaba cuando estaba ya a punto de que se lo llevasen para poder contar su verdad al <strong>Tribunal Supremo</strong>. Añadía el egarense que una sentencia condenatoria preocuparía a la Unión Europea, porque abriría la puerta al recorte de derechos y libertades fundamentales, campo abonado para la extrema derecha. Ahí estaría la paradoja: la debilidad del Estado provoca que se debilite su nivel democrático.

El campeón de pimpón de Estremera y Lledoners se mostraba enamorado de la Catalunya que han levantado los gobiernos de CiU y los dos tripartitos. (Inaudito oír a un convergente de toda la vida hablar bien de los gobiernos de Pasqual Maragall y José Montilla). Un país avanzado y creativo, suma también del municipalismo. Por eso, explicaba, el 155 afectó poco a su 'conselleria'. En Madrid les suena a chino la economía circular o el ciclo del agua.  Estamos a años luz, concluye.

¿La <strong>Crida</strong>? Tiene vocación de hacer historia; es un instrumento para un momento excepcional, que desaparecerá logrado su objetivo. El <strong>PDECat</strong> debe continuar, aseguraba Rull. Sorprendida, pregunté por el objetivo que justifica "transitoriamente" la Crida. Conseguir la independencia, me respondió el 'exconseller'. Para continuar en la cárcel y querer transformar políticamente tu país, hay que ser necesariamente optimista.