Cuando ellas no son noticia

Una profesora de periodismo que tuve solía decir que hay que distinguir entre lo que los medios dicen que es una noticia y lo que realmente pasa. Por ejemplo, que el presidente se reúna con el líder de otro partido puede no ser una noticia, puesto que no tiene las características de un hecho noticiable: los partidos conversan habitualmente, haya cámaras o no.

Por otra parte, que miles de personas salgan a la calle para manifestarse contra la formación de gobierno de la comunidad de Andalucía es un evidente hecho noticiable: ha sucedido, no es un relato, tiene valor informativo. Entre los hechos informativos culturales que no se han estado narrando destaca el de la ristra de denuncias de violencia sexual contra R. Kelly, el artista más popular en la corriente de R&B de la pasada década, que ahora sale a la luz.

Desde hace veinte años, una docena de demandas contra el rapero que habían sido archivadas o se habían resuelto fuera de los tribunales, algunas con testimonios de brutales vejaciones a menores. Las denuncias no son nuevas, algunas datan del año 2000. Pero nadie dentro del periodismo musical las cubría, con una excepción: el periodista musical Jim DeRogatis. ¿Por qué? Hay diferentes interpretaciones. El propio DeRogatis respondía: “Lo que más me horroriza es que a nadie parecía importarle la gran cantidad de material que encontramos, alguno referente a chicas de 14 años. Porque se trata de chicas negras. Nada importa menos en nuestra sociedad que una mujer negra”.

Ante la nueva sensibilidad con respecto a los abusos y la violación, R. Kelly ha sido nuevamente puesto en el punto de mira. Y con él, los medios que no se hicieron eco de un hecho noticiable. Pero no es el único caso: hace tres semanas la actriz estadounidense Lily Adams denunció al director conocido como Stills By Alan de violación, y a la productora Gamma Films de tapar la denuncia. Tampoco lo veremos en la prensa generalista. Ella es actriz porno. Para muchos, eso convierte la noticia en algo poco noticiable.