Análisis

Sesgo de género entre economistas y posibles soluciones

Las medidas para romper la tendencia no se basan en diferencias de calidad o productividad

Jóvenes trabajando en unas oficinas de Barcelona

Jóvenes trabajando en unas oficinas de Barcelona / periodico

Judit Vall

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La semana pasada se celebró en Atlanta el congreso anual de la Asociación Americana de Economía, que es el organismo académico más relevante en el área de la economía. Este año se celebra en un momento en que la profesión se está planteando seriamente la discriminación hacía las mujeres.

Precisamente en diciembre uno de los miembros del comité ejecutivo de la Asociación (un economista brillante de Harvard) presentó su renuncia debido a las acusaciones sobre "conductas impropias de naturaleza sexual" que recaen sobre él.

Las investigaciones se iniciaron a raíz de las denuncias presentadas por algunas mujeres que han trabajado en el instituto de Harvard que se inauguró hace algunos años.  Este evento, aunque importante, ha sido solo la punta del iceberg; hace tiempo que se escucha a más y más economistas quejarse del trato desigual que reciben las mujeres en la profesión.

Existen artículos académicos que muestran que el progreso de las mujeres economistas en el mundo académico se ha congelado en los últimos 20 años. Algunos de los factores que contribuyen a esta falta de progreso son las diferencias en las evaluaciones profesionales de hombres y mujeres que resultan en sesgos a la hora de promocionar a las mujeres; mujeres con currículos y características similares a las de los competidores hombres tienen menores probabilidades de ser promocionadas a las posiciones de profesor permanente así como a las de catedrático.

La evidencia para EEUU muestra que, 10 años después de recibir el doctorado, las mujeres economistas tienen un 21% menos de probabilidades de tener una posición permanente en una universidad y las diferencias en productividad entre hombres y mujeres solo explican una pequeña parte de esta brecha.

Un estudio reciente muestra que estos sesgos de género existen ya en etapas muy tempranas de la profesión. Los autores utilizan datos de alumnos que estudian varias carreras en Chile para mostrar que esta discriminación hacia las mujeres ya existe en los estudiantes de economía respecto a los estudiantes de otras disciplinas.

Actitudes de género

Mediante cuestionarios que permiten medir ciertas actitudes de género, el estudio comprueba que los estudiantes de economía ya tienen sesgo de género incluso en el primer año de carrera. Además, este va aumentando con los años de estudio universitario. En el último año de carrera, los estudiantes de economía son sustancialmente más sesgados en cuestiones de género hacia las mujeres que los estudiantes de otras disciplinas como las ingenierías, la contabilidad o el derecho.

Para terminar con una nota "positiva", el estudio también demuestra que una parte importante de las diferencias en el grado de discriminación por género de los estudiantes de economía se debe a que están expuestos a muchas menos profesoras universitarias (mujeres) respecto a las otras carreras.

Así que las medidas a implementar por parte de la profesión parecen claras, sobre todo teniendo en cuenta la discriminación que se ha comprobado que existe a la hora de promocionar a mujeres economistas hacía posiciones estables en la universidad; es decir, no es una cuestión de diferencias en calidad o en productividad.

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