Los independentistas y el presupuesto

Puigdemont quiere reforzar el rechazo del PDECat a las cuentas de Sánchez

Quim Torra y Carles Puigdemont, este viernes, en Waterloo.

Quim Torra y Carles Puigdemont, este viernes, en Waterloo. / periodico

Joan Tapia

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Las razones del PDECat y ERC para votar los presupuestos son claras. Traerían más recursos a Catalunya y además, el secesionismo -descartado otro 'momentum' como el fallido del 27-O- solo tiene la opción de negociar. Y es mejor interlocutor quien quiere desinflamar que quien propone otro 155 de duración ilimitada. Por eso -y porque los empresarios añoran estabilidad- el presidente del Foment, Josep Sánchez-Llibre, ya pidió en diciembre la aprobación de los presupuestos. Y lo mismo han hecho recientemente Andreu Mas-Colell, 'exconseller' de Economia, y Dolors Bassa, 'exconsellera' de ERC que lleva ya un año en prisión.

Y es muy probable que esta fuera la actitud que finalmente adoptaran los dos grupos parlamentarios secesionistas, ERC y el PDECat, en especial tras confirmarse que la inversión del Estado en Catalunya aumentaría un 52% (frente a un 21% para el conjunto del Estado) y se aproximaría así mucho al porcentaje del PIB catalán sobre el español, uno de los logros del Estatut (nunca cumplido y que el Constitucional no aceptó). El presidente de la Cambra, Miquel Valls, que siempre ha protestado de la escasa inversión estatal, se ha apresurado a calificarlo de gran paso adelante.

Sería normal pues que el PDECat y ERC plantearan alguna reivindicación extra para forcejear. Pero no es eso lo que Quim Torra plantea (con la amenaza de dimisión) si alguno de estos dos grupos vota los presupuestos sin “gesto” previo sobre los presos. O la posición (algo más enmascarada) de Carles Puigdemont de exigir ya una negociación política sobre Catalunya. El secesionismo no puede plantear estas condiciones por dos motivos. Uno, porque Pedro Sánchez no manda sobre el Supremo. Dos, porque para una negociación seria sobre Catalunya, el apoyo del 47% (el del secesionismo en las tres últimas elecciones catalanas) no basta. Necesitaría llegar a un pacto previo con los 'comuns' y el PSC.

En todo caso, lo único que se discute ahora es el presupuesto y es absurdo renunciar a algo por no obtener todo lo ambicionado y arriesgarse a un peor interlocutor. Torra amenazó con dimitir y ya no lo repite, pero Puigdemont no cede y recurre a un arma disuasiva, la de imponerse al PDECat, partido al que parece tener prisionero porque no se atreve a plantarle cara. Y si los ocho diputados del PDECat no votan los presupuestos, los nueve de ERC no bastan y por lo tanto no romperán la unidad y el dogma independentista para nada.

¿Qué pasará al final? Depende de la sumisión del PDECat a Puigdemont. Al secesionismo le costará mucho -y le desacreditaría ante sus electores- votar en un frente junto al PP y Cs contra los presupuestos socialistas. Pero hay partidarios del “cuanto peor, mejor”. Y está el precedente del 27-O. Entonces al separatismo le convenía evitar el 155 y convocar elecciones que habría ganado. Hizo lo contrario con la DUI, tuvo el 155 y aunque luego ganó las elecciones, ahora tiene a sus dirigentes en la cárcel a la espera del juicio o en Waterloo. Sí, “cuanto peor, mejor”. ¿Hasta la victoria final?