IDEAS

Virtudes teologales del editor

La editora Pepa Novell.

La editora Pepa Novell. / periodico

Domingo Ródenas de Moya

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hércules no pudo afrontar sus doce trabajos sin entusiasmo, ni Herralde la creación y comandancia de una editorial, nuestra Anagrama, ¡que ahora cumple ¡medio siglo! El entusiasmo es el motor de grandes empresas y el airbag que evita el descalabro cuando viene algún bache. También puede ser el delito de los incautos y de los indocumentados, no lo negaré. Hoy en día un negocio que lo requiere es el de la edición de libros, esos objetos suntuosos que cuanto más decrece su venta y consumo, más delatan el ascenso del adocenamiento y vulnerabilidad de los ciudadanos. Entusiasmo junto a las tres virtudes teologales del editor: fe, esperanza y calidad.

Un editor nuevo o joven o independiente ha de armarse de coraje, abrazarse a esas virtudes, echar todo su entusiasmo en el asador y ni aun así se asegura el éxito. Si anduviera entre nosotros Hércules no dudo que su decimotercer trabajo sería fundar una editorial. Tampoco dudo que lo haría con el propósito de emular a Jorge Herralde.

No es hija de Júpiter, pero merecería serlo Pepa Novell. Ha creado desde California la editorial Magma, cuyo lema, «Letras en tránsito», se refiere al fluir de la lava que acaba solidificándose (como los valores literarios con el tiempo) pero también al carácter transnacional del proyecto. Ha salido con tres novelas del catalán Miquel Bota, el argentino Carlos A. Colla y del franco-inglés Seb Doubinsky, y con dos libros colectivos de cuentos: Cuentos Trans y Cuentos Xmas, donde cada autor entiende lo «trans» (transexual, transnacional…) y lo «Xmas» (Christmas, X de porno…) a su manera. Anuncia cinco volúmenes más de esta serie cuyos títulos disparan la imaginación: Cuentos Bi, Cuentos @, Cuentos Ex, Cuentos Meta y, el último, Cuentos XXL.

Pepa Novell presentó la editorial en Barcelona, que es su casa, poco antes de Navidad y lo hizo con tal derroche de entusiasmo, fe, esperanza y calidad que daban ganas de comprar todo el catálogo, ahora que aún es pequeño. Pepa fue profesora universitaria en Estados Unidos y en Canadá, pero decidió errar el cerrojo a las aulas y embarcarse en esta empresa hercúlea. El talento joven, que lo hay, se lo agradecerá. Y ojalá alguien esté celebrando dentro de cincuenta años el medio siglo de vida de Magma. Brindo por ello.

TEMAS