la ultraderecha

Vox también es un problema catalán

Con un discurso contra el independentismo y la inmigración, la extrema derecha puede ser competitiva en las próximas elecciones municipales

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Roger Palà

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La irrupción de Vox ha dinamitado el tablero político español a pocos meses de las elecciones municipales. Pero en Catalunya hay quien considera que Vox no es un problema. Según algunas voces de la derecha soberanista, la irrupción de la extrema derecha no debe preocuparnos porque es un problema "de los españoles". Es más: centrar la atención en Vox implica comprar el "marco español" y hacer el juego a los partidos que no tienen la independencia como una prioridad.

Es esta, sin embargo, una actitud corta de vista. Porque Vox, igual que Ciutadans, puede ser un producto electoralmente competitivo en Catalunya. Una fuerte eclosión del partido liderado por Santiago Abascal podría condicionar mayorías en muchos consistorios, en especial en el área metropolitana de Barcelona. Y no es descartable que esto ocurra, porque durante los próximos meses la formación de extrema derecha se encontrará como pez en el agua en un contexto de fuerte tensión política en torno al conflicto catalán.

Durante la precampaña de las municipales el ‘procés’ seguirá acaparando portadas a raíz del juicio en el Tribunal Supremo, y la formación ultraderechista, que ejerce la acusación particular contra los líderes independentistas, seguirá sumando minutos de 'prime time' en medios de todo el estado. Los mismos medios que, guste o no, consumen masivamente muchos ciudadanos catalanes. Un hecho que parte del independentismo parece ignorar.

Discurso xenófobo exitoso

Las grandes ciudades del área metropolitana pueden ser un buen terreno de juego para Vox no solo por 'frame' independentista, sino también por su discurso xenófobo. Un relato que puede calar en algunos barrios y que ya se ha demostrado que funciona electoralmente: el PP de Xavier García Albiol cultivó sus mejores resultados con una campaña que llevaba por lema "limpiando Badalona". Y no hace muchos años que Plataforma per Catalunya, con su eslogan "primero los de casa", consiguió cierto arraigo. La PxC de Josep Anglada se desintegró producto de las luchas internas y hoy sólo tiene 9 concejales. Ahora, busca acuerdos con Vox para concurrir juntos.

Vox también puede ser competitivo en la ciudad de Barcelona, con un PP en caída libre y con un Manuel Valls que no acaba de encontrar su lugar como candidato de Ciutadans. Vox podría rascar el electorado más radicalmente españolista y conseguir representación, apostando también por un discurso contundente contra Ada Colau, a quien presentará como una cómplice del separatismo y una impulsora de la "ideología de género".

El posible cabeza de lista de Vox en Barcelona es una incógnita. Su portavoz en la capital es Jorge Buxadé, un excandidato de Falange que el año 2009, como abogado del Estado, recurrió la consulta por la independencia de Arenys de Munt. Otro nombre con proyección -pero sin ninguna conexión con Catalunya o Barcelona- es el abogado y militar Javier Ortega Smith, el ariete legal de Vox contra el proceso.

Vox ha llegado para quedarse y pretender que no es problema nuestro no hará que desaparezca.

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