Al contrataque

Marie Kondo y los libros

Me ha indignado uno de los consejos del 'mariekondismo': que no tengamos más que 30 libros. Solamente los que amemos de verdad y blablablá. ¡30 libros! Con lo que cuesta hacerte una biblioteca personal cargada de recuerdos

La gurú del orden Marie Kondo

La gurú del orden Marie Kondo / periodico

Najat El Hachmi

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Cuando era pequeña y me ponía enferma, tumbada en los 'mtarba' del salón-comedor, contemplaba la prodigiosa transformación que se producía ante mis ojos:  el devastador escenario que habíamos dejado los seis hijos que habitábamos la casa (más un padre no demasiado preocupado por el orden) se convertía en un oasis limpio, ordenado, de una paz profunda con olor a Mister Proper y una banda sonora compuesta por el sonido cadencioso de la lavadora, el runrún de la nevera y el zumbido lejano de los toros que iban y venían en la enorme explanada de la fábrica Colomer Montmany.

Así me iba durmiendo, abriendo de vez en cuando los ojos para ver la fase en la que se encontraba aquella revolución del orden que ejecutaba, como un torbellino, mi madre. Ropas, juguetes y objetos de todo tipo formaban un inquietante paisaje que se convertía en uno reconfortante donde cada cosa encontraba su sitio. Con aquel ejemplo yo aprendía que el cuidado del espacio que nos rodea es tan importante como el cuidado del propio cuerpo, que en el estado de ánimo influye de forma decisiva el modo en que disponemos la materia que nos rodea. Y a la inversa, que si nuestra vida interior es un caos, lo más probable es que el exterior se adecúe al mismo.

¿Qué dice de la sociedad occidental el hecho de que una gurú del orden como Marie Kondo tenga el éxito que tiene? Cualquiera con una madre como la mía sabrá que lo que cuenta la japonesa no es ningún descubrimiento, que son consejos de lo más básicos. Pero el nivel de desorganización general debe ser muy grande. Hay 'realities' en los que se nos muestra el interior de unas casas llenas de cosas, hechas un desastre absoluto y el programa consiste en, primero descubrir el horror que la persona esconde dentro de su espacio doméstico para, luego, hacer un cambio radical. Son fascinantes, estos 'shows', la desorganización llega a niveles inimaginables. También hay que decir que en muchos casos los participantes parecen deprimidos, aunque una no sabe si por el panorama que tienen delante o al contrario, si es el malestar que sufren lo que les ha llevado a dejar de lado la preocupación por lo que les rodea. Ordenar, recoger, limpiar, también es hacer un proceso interno. A lo mejor esa es la clave del 'mariekondismo', que ritualiza, sin religión, tareas que forman parte del día a día de cualquier persona.

Es uno de sus consejos lo que me ha indignado: dice que no tengamos más que 30 libros. Solamente los que amemos de verdad y blablablá. ¡30 libros! Con lo que cuesta hacerte una biblioteca personal cargada de recuerdos. Por ejemplo: ahora escribiendo esto me he acordado de que Pla se quejaba de la manía limpiadora de su madre y me levanto para coger 'El cuaderno gris'. Busco el punto en el que dice que su madre le tira los papeles, que tiene obsesión por el orden. Tardo en encontrarlo porque por el camino me entretengo, me distraigo de una página a otra: aquí cuenta que ha visto la primera golondrina, en el lavadero, allí el frío que hace en Barcelona, luego la descripción deliciosa de un bizcocho… ¡30 libros!