Ofensiva del machismo en la política

La reacción patriarcal

Eran previsibles respuestas como las de Vox, sin argumentos y con el negacionismo como única estrategia, al avance feminista

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Ana I. Bernal-Triviño

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"¿Cómo hemos pasado del último 8 de marzo a la situación actual?", me preguntan. Para quienes, en debates, intentan separar feminismo y política tienen ahí la respuesta. El feminismo es un movimiento social, pero también político. Guste o no, la política es la que articula las medidas, leyes y soluciones que protegen nuestras vidas y las de nuestros hijos de la violencia machista. El 8 de octubre pasado, lo advertí en el programa de 'Las Mañanas', de TVE: cuidado con el antifeminismo de Vox, porque es lo que va a venir.

Hemos llegado a esta situación no porque el feminismo se haya debilitado. Al revés, hemos llegado a esto porque el feminismo es ahora más fuerte y va a la raíz del patriarcado (vean, por ejemplo, los debates sobre prostitución). Como siempre, tras cada paso hacia delante del feminismo, el machismo no puede ni quiere consentirlo y llega la respuesta patriarcal. Lo sabíamos. Son previsibles.

Conceptos del pasado usados sin vergüenza

Ese patriarcado sigue en las estructuras de poder, en los partidos (y cuando hablo de patriarcado no solo digo hombres-mayoría-, sino también mujeres políticas que, educadas en el patriarcado, normalizan y defienden esa estructura). Y como se les otorga ese poder plantean políticas contra las mujeres. Frente a la evolución de la cultura democrática, ahora la derecha y ultraderecha hablan de conceptos del pasado sin pudor ni vergüenza. ¿Por qué ha ocurrido esto? Porque, al igual que los fascistas, los machistas siempre han estado ahí. A veces más derrotado, a veces más callado para no ser señalado en público.

Cuando se aprobó por unanimidad la ley de violencia de género en el 2004, el machismo estuvo ahí, sacando excusas de la chistera para poner peros a una ley que se ajustaba a los requerimientos y acuerdos internacionales. El machismo siempre es antidemocrático y cualquier avance, para él, es un ataque a sus intereses. Luego vinieron los recursos y no callaron hasta que el Tribunal Constitucional sentenció que la ley no es discriminatoria, es decir, no es anticonstitucional.

Dado este paso a favor de los derechos de la mujer, el machismo respondió. Y lo hizo con el mito de las denuncia falsas, desmentido por el Consejo General del Poder Judicial. El número es tan bajo que no es, ni de lejos, significativo. Además, a la mujer que denuncie falsamente le caerá todo el peso de la ley.

No avalemos con nuestros votos la maldad y la muerte machista de partidos de la ultraderecha. Ni a ellos ni a sus socios

Visto que el Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial los callaron, sacaron otro as de la manga. Le tocó el turno al SAP (síndrome de alineación parental): la idea de la madre perversa que lava el cerebro del hijo para ponerlo contra el padre. Ellos ni contemplan que el rechazo del menor se deba a que, quizá, haya presenciado o sufrido malos tratos. No. Para el machismo, la culpa siempre es de la madre. Pues ese SAP inventado ha sido rechazado por los dos sistemas diagnósticos de salud mental utilizados en todo el mundo, el DSM-V de la Asociación Americana de Psiquiatría y el ICE-10 de la Organización Mundial de la Salud. En el 2010, la Asociación Española de Neuropsiquiatría fue muy clara: "Tal y cómo lo inventó Gardner, el SAP no tiene ningún fundamento científico". El CGPJ también señaló el peligro del SAP porque daña los derechos de los hijos. La academia y el sistema judicial volvió a callar al machismo.

Pero no contentos, tenían que sacar el tema de la custodia compartida impuesta (defendida por Ciudadanos). Nos encontramos con jueces que dictan sentencias de custodia sin valorar malos tratos precedentes y con mediaciones familiares que tampoco lo contemplan. A la par, como al machismo le encanta hacerse la víctima, empezaron las denuncias cruzadas a parejas maltratadas. Esa cuestión también ha sido alertada por el propio Consejo General del Poder Judicial.

Y así siempre, inagotables. Tienen datos y, como estos desmontan sus inventos, los niegan. A cada avance democrático, el machismo y sus machistas aparecen con sus inmaduras pataletas. El machismo nos hace perder el tiempo porque nos hace volver a un pasado que quedó atrás hace mucho. Ahora, sin argumentos, su única estrategia es el negacionismo y eliminar directamente nuestras leyes y derechos. Decía Susan Faludi que "la reacción antifeminista no se desencadenó porque las mujeres hubieran conseguido plena igualdad con los hombres, sino porque parecía posible que llegaran a conseguirla".

Cuidado. Esos partidos están ahí no por generación espontánea, sino porque les damos poder político. No avalemos con nuestros votos la maldad y la muerte machista. Ni a ellos ni a sus socios.