LA RUEDA

Mis muertos

La vida no es otra cosa que una preparación hacia la muerte o, dicho de otro modo, una constante reflexión de la ausencia

Cementerio de Sabadell.

Cementerio de Sabadell. / ANNA MAS TALENS

RICARD USTRELL

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Hasta ahora he aprendido muy pocas cosas estables. Las básicas, sí, pero siempre pienso que podría hacerlas mejor. Con la comida, por ejemplo, me cuesta especializarme, me gusta demasiado todo, y con el caminar, siempre marco, como las agujas del reloj, las dos menos diez. Todo es mejorable. Pero hablar de lo que uno realmente aprende, lo que te hace ser como eres, son los otros, y muy a menudo esto implica hablar de los que ya no están. 

Estos días los muertos vuelven a estar presente en muchas casas. En mi familia, que hemos visto la muerte de formas largas y crueles y otras inesperadas, como mucha gente, también. El mito que la rodea es lo que siempre menos me ha interesado, porque no me parece que solucione nada. Lo que realmente me preocupa es la angustia y el miedo que provoca a los de mi alrededor y en mí mismo.

Seguramente las experiencias nos marcaron mucho. Cada uno las vive como puede, y todas son respetables. Pero a mí me ayudó entender que para vivir había que considerar la muerte una inevitable condición de la existencia humana. Discrepé completamente de Punset cuando en el 2010 dijo que no podia afirmar que él moriria, porque la ciencia no lo demostraba. Hablar de ciencia, sin tener en cuenta la conciencia, que nos determina, que nos da certezas que nunca nos podrá dar la ciencia, es negar en parte la propia existencia. La vida no es otra cosa que una preparación hacia la muerte o, dicho de otro modo, una constante reflexión de la ausencia.

Vivir la propia muerte

Los filósofos se han preocupado de estudiarla de muchas formas. Freud concluía que no se puede vivir la propia muerte. Y cuando llegan estas fechas es cuando más pienso en esta frase. Pienso en todos los familiares, amigos, hermanos de amigos, que no han podido vivir su muerte. Porque es entonces cuando entenderían el significado de la vida, que se reusmiría en preguntarse: ¿Has vivido con miedo o con amor? Algunos reirían, otros se emocionarían, pero todos responderían con un rotundo: Amor. El anhelo de la vida.