Al contrataque

El insulto

Nadie debería insultar a nadie, y menos los agentes policiales, y menos todavía cuando están de servicio

Captura del vídeo del Mosso y el CDR.  / TWITTER

Captura del vídeo del Mosso y el CDR. / TWITTER / periodico

Antonio Franco

Antonio Franco

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Nadie debería insultar a nadie. Nunca. Aun así el insulto es más frecuente que nunca, pues el anonimato y la impunidad de las redes sociales lo han potenciado. Se insulta mucho, sin límites, tanto a famosos como a gente anónima, con el aliciente de que trasciende. Se insulta para que lo sepa el aludido, pero muchas veces eso no es lo importante; se busca que conozcan ese ataque muchas más personas, a veces miles.

Nadie debería insultar a nadie, y menos los agentes policiales, y menos todavía los agentes policiales cuando están de servicio. También es cierto que nadie debería insultarlos a ellos, pero esta afirmación creo que tiene numerosos discrepantes.

Idiota según el diccionario se aplica para referirse  a una persona con escasa inteligencia que no comprende lo que se le dice o lo que sucede a su alrededor. La verdad es que hay muchos idiotas; todos conocemos alguno. Aun así, esta palabra se considera siempre un insulto; incluso los idiotas se ofenden cuando se les denomina así.

El 'mosso' y el manifestante

Todo viene a cuento porque en una reciente algarada callejera un agente policial le vino a decir a un manifestante que daba vivas a la República que aquí la última república que tuvimos ya murió. Pero quizá para ser más expresivo le comunicó la idea soltándole la frase "La República no existe, idiota". Quizá fue brusco no solo en la forma, el grito, sino que se excedió asimismo en el fondo. Quizá no debía quitarle la ilusión al manifestante, del mismo modo que en estas fechas casi todos intentamos no hacérselo a los niños que esperan a los Reyes Magos. Si somos así con las criaturas tal vez deberíamos serlo asimismo con los adultos ilusionados con cosas que forman parte únicamente de sus imaginaciones o deseos.

Los responsables policiales anunciaron una investigación interna para aclarar el comportamiento del agente. Yo, la verdad, lo dejaría discretamente en eso. No lo elevaría a la categoría de Comisión de Investigación. Que se rellenen algunos folios y les peguen encima unos cuantos sellos para que al agente le conste que debe disolver manifestaciones airadas como la del 21-D con la boca cerrada mientras cumple -con proporcionalidad a lo que ocurre, eso sí- con su trabajo de, en fin, lo que sea mostrando en las calles las habilidades para las que se entrena.

Tengo sin embargo una duda. ¿Habría hecho la jerarquía política y policial catalana exactamente lo mismo si el mismo agente, que era un 'mosso',  hubiese dicho exactamente lo mismo a un manifestante de signo diferente? ¿A alguien que en vez de dar vivas a la República hubiese ensalzado al régimen anterior, que tampoco existe, o incluso al señor Casado o al señor Abascal, que por cierto están vivos?

Me gustaría creerlo pero no lo consigo.